El incremento de la actividad laboral ha llegado acompañado de un aumento de los accidentes laborales en Castilla y León, donde se han contabilizado casi 60 siniestros al día durante los nueve primeros meses del año, hasta los 16.145, 1.504 más que el pasado año (+10,2 por ciento). Sin embargo, cabe destacar que los accidentes mortales y graves han caído mientras que los leves repuntan.
En los centros de trabajo se han contabilizado 21 fallecidos por accidente laborales, tres menos que en los mismos meses de 2014; así como 130 graves, con una merma en cinco siniestros, según los datos facilitados por la Junta. Por el contrario, se han registrado 15.994 accidentes leves, 1.512 más. Con todo, estas cifras de siniestralidad están muy lejos de las registradas el año en el que arrancó la recesión económica, en 2008, cuando en los mismos meses hubo casi el doble de siniestros diarios, con un global de 32.054 (31.677 leves, 329 graves y 48 muertos).
Por sectores, la construcción ha sufrido el mayor repunte porcentual hasta septiembre, con 1.812 accidentes, y un incremento del 18,2 por ciento. Por su parte, la accidentabilidad en la industria se elevó un 11,1 por ciento y en los servicios, un 9,5 por ciento, mientras que en la agricultura apenas crecieron un 1,9 por ciento.
A estos siniestros en los centros de trabajo, habría que sumar los accidentes ‘in itinere’, con 1.818, 184 más que entre enero y septiembre de 2014. Cuatro personas perdieron la vida en estos siniestros en la Comunidad, dos más que 2014.
En cuanto a las enfermedades profesionales, en los nueve primeros meses se declararon 273, 45 más que el año pasado, con un aumento del 19,7 por ciento.
Preocupación sindical. Los secretarios de Salud Laboral de CCOO y UGT en Castilla y León, Mariano Sanz y Carmen Campelo, expresaron a Ical, su «enorme preocupación» por el importante repunte de la siniestralidad laboral en los últimos meses. Ambos responsable sindicales indicaron que si 60 accidentes al día parece un número importante, lo cierto es que se están produciendo «bastantes más», ya que existe una ocultación de la siniestralidad por parte de las empresas y de los propios empleados, por su precariedad y temporalidad.
Sanz destacó que los datos reflejan un aumento «muy significativo» de la siniestralidad cuando «venimos de ocho años con descensos no sólo en el número de accidentes, sino, en lo que es más importante, en el índice de incidencia». Además, asegura que «nosotros y la Administración somos conscientes de que hay un número importante de accidentes que no se declaran», dijo, una situación que se incentivará, dijo, con el «bonus» en las cotizaciones a la Seguridad Social a las empresas que menos siniestros registren.
Carmen Campelo insistió en la ocultación y reseñó que crecen los más «cómodos» de declarar, los leves. Asimismo, vaticina que en cuanto aumente la actividad de forma importante «explotará la burbuja que se está gestando, porque la política de prevención se está olvidando».
Finalmente, Campelo aseguró que las enfermedades profesionales «siguen siendo la pandemia oculta» del mercado de trabajo.