«Ellos son como una cooperativa.Comparten coche y aficiones»

A.G.M.
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César, Pablo y Rubén son trillizos. En octubre cumplen 20 años, pero continúan tan unidos como aquel 23 de octubre de 1998. Los tres hacen deporte, los tres son árbitros, los tres estudian carreras del mismo campo...

Dunas Calvo se ríe al recordar sus primeros meses como madre de trillizos, aquella «horrible y agotadora vida» en la que ella, su marido y su madre formaron «un equipo»: «Si estaban despiertos, pues te la liaban y cuando no, solo querían comer». Era finales de los años 90, «una época en la que no había ayudas institucionales a los partos múltiples». «Nos vimos muy desamparados, porque solo ayudaban a madres solteras o si pasabas lo que era el umbral de la pobreza». La solidaridad llegó a través de cunas, bañeras, ropa... de amigos y hasta vecinos del pueblo.

Dice que lo suyo con César, Pablo y Rubén (les nombra en riguroso orden alfabético) fue puro «azar»: «Los estudios hablan de que esto le pasa a una de cada siete mil mujeres y justo nos tocó a nosotros. La verdad que yo al principio no me lo quería creer, pues éramos padres primerizos y hasta los cinco meses, que me empezó a crecer la barriga, no lo pensaba, no me hacía a la idea», explica Dunas Calvo, madre de trillizos a los 30 años. «Lo llevó peor mi marido», apunta, «que lo pasó muy mal, pensando en todo lo que se le venía encima»: «No disfrutó del embarazo con esa cuenta de la época que decía que cada hijo te salía por un millón de pesetas...».

del miedo al cariño. Pero todo cambió cuando tuvieron a los trillizos entre los brazos: «Te ves con ellos y sabes que, sí o sí, debes sacarlos adelante. Fueron unos tipos con salud y no acabaron con la nuestra, que es importante», señala la madre. «Y el miedo del principio se transformó luego en cariño y ahora me siento muy muy orgullosa de haber sido partícipe de haber inculcado los valores que tienen y de las alegrías que me están dando, así como de los felices que nos han hecho, que es algo que no me podía imaginar».

Dunas habla con gran orgullo de sus trillizos, de lo bien que se llevan, de cómo se organizan... «Ellos tres son como una cooperativa. Comparten aficiones (son árbitros de fútbol, estudian carreras vinculadas a la economía...) y coche (se han hecho un cuadrante para ver quién lo conduce cada semana), hasta quieren irse a vivir al mismo piso». «En el coche también van juntos a la Universidad (César hace Marketing; Pablo, Economía; y Rubén estudia Administración de Empresas), se van juntos de compras, de vacaciones... tienen una simbiosis muy especial», apostilla Dunas, que destaca la «madurez» de sus trillizos y su «afán de superación».

 

 

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