«Se lo pasan genial. Se están riendo desde que se levantan»

A.G.M.
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Eloy y Enzo son gemelos. Tienen 5 años y una hermana tres años mayor a la que hacen «la vida imposible». Su madre recuerda el «shock» que sufrió cuando le dijeron que le venían gemelos; «luego, poco a poco, te haces»

El día que Carolina supo que estaba embaraza no podía imaginar que lo que venía no era la ‘parejita’ de la pequeña Gala que, aún tenía dos años. Su paso por el ecógrafo entrañaba una inesperada sorpresa: «Fue un shock y la verdad que lo pasé mal. Más cuando, al principio, me dijeron que venían trillizos. Luego, poco a poco, te haces y ya sí vas saliendo adelante», recuerda la madre.

El suyo fue uno de esos embarazos múltiples «por azar», según le explicó la ginecóloga. No se habían sometido a ningún tipo de técnica de reproducción asistida ni, aparentemente, tenían antecedentes en sus familias, aunque después sí descubrieron uno: «Luego nos enteramos de que una bisabuela de mi marido sí había llegado a quedarse embarazada de gemelos, pero uno no logró llegar a término», explica.

«Yo podía haber tenido tres, pero finalmente solo pudieron salir adelante los gemelos», apostilla. Enzo y Eloy nacieron en enero de 2013 y dieron un primer año de «muchísimo trabajo» a sus padres. «Fue muy duro. Les costaba mucho tomar el biberón, vomitaban con muchísima frecuencia. Yo creo que no empezamos ver la luz hasta que ellos dos ya comieron solos y se hicieron, digamos, más autónomos», reflexiona Carolina.

con una hermana. En su caso, a la dificultad habitual de cualquier nacimiento de gemelos se unió el hecho de que en casa ya había una hermana. Gala tiene dos años y medio más que sus hermanos pequeño. «Ella era más espabilada e iba siempre muy avanzada, pero al final todos eran muy pequeños y todos querían llamar la atención». 

«Ella lo llevó muy mal y creo que los sigue llevando mal. Ellos se unen mucho en contra de la hermana y encima al ser dos chicos... hacen piña contra ella».

Carolina no sabe bien cómo explicar la «especial relación» que tienen entre sí sus gemelos. «No sé si es simbiosis o qué es, pero es algo muy especial. Si, por ejemplo, uno quiere algo y se pone a llorar, el otro se da cuenta y termina cediendo. Se protegen mucho el uno al otro. Además, se lo pasan genial entre ellos, porque se están riendo desde que se levantan». «Eso sí, son muy movidos. No paran, con lo que no da tiempo a que nos aburramos», añade.

Eloy y Enzo son como dos gotas de agua, tanto que tuvieron  que «marcarles con un rotulador» al salir del hospital. «Ahora ya les vas viendo diferencias, aunque ellos quieren vestir igual, ya que dicen siempre que son iguales».

 

 

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