La espera en reproducción asistida se reduce casi a la mitad

A.G.M.
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El Clínico y el Río Hortega atienden cada año a más de tres mil personas con problemas para tener hijos. Son referencia regional en fecundaciones in vitro, de las que hacen 800 anuales

Valladolid tiene los dos hospitales públicos de referencia de Castilla y León en reproducción asistida. Si bien las inseminaciones artificiales (IA) se desarrollan en otros centros, todas las fecundaciones in vitro (FIV) que auspicia Sacyl las hace en las unidades del Río Hortega, que se encarga desde abril de 2015 de los pacientes de Ávila, Segovia, Salamanca y Zamora; y el Clínico, que se estrenó con las FIV en 1984 y que constituyó la unidad como tal en 1998, asumiendo toda la región hasta que hace tres años se quedó solo con León, Palencia, Burgos y Soria, por la entrada en servicio de la del otro centro vallisoletano. Por ambos hospitales pasan cada año algo más de tres mil personas con problemas para tener niños, pese a lo cual se va reduciendo la lista de espera año a año.

En 2017, el Río Hortega atendió a 1.451 pacientes (34 más que en 2016) y cerró con 43 en lista de espera, la mitad que el año anterior, según los datos facilitados por fuentes de Sacyl a El Día de Valladolid. Por el Clínico pasaron 1.896 (204 más) y arrancó 2018 con solo 25 esperando la primera cita, en una reducción global de la lista de espera a casi la mitad, de 127 a 68 pacientes. «Para inseminación artificial no hay lista de espera, puesto que estamos en 24 días y al mes de hacer el estudio, empieza el tratamiento», tal y como explica el jefe de la Unidad de Reproducción Asistida del Clínico, Luis Rodríguez-Tabernero, quien detalla que «en la fecundación in vitro también ha bajado bastante tras la apertura de la unidad del Río Hortega, y ya se ha pasado del año que había antes a los ocho o nueve meses actuales».

Ambos centros, referencia en Castilla y León, desarrollaron 803 fecundaciones in vitro en 2017, tres cuartas partes de ellas en el Clínico, el buque insignia de la reproducción asistida en la Comunidad. «Ahora los tratamientos son más cómodos, más seguros, más eficaces... y se ha ido incrementando la cartera de servicios, que ya está completa, aunque con unas limitaciones de acceso», que obedecen al estado de salud de los progenitores, a cuestiones de edad o al número de ciclos en función de si es in vitro o inseminación artificial (IA).

 

GENÉTICA PREIMPLANTACIONAL. «Además, en DGP (Diagnóstico Genético Preimplatancional) en el Hospital Clínico somos el centro de referencia en Castilla y León», según detalla el doctor Rodríguez-Tabernero, que destaca que esta es una técnica preventiva que se lleva a cabo para evitar enfermedades hereditarias, detectando anomalías previas en el material genético de los embriones.

Clínico y Río Hortega también desarrollan otro tipo de técnicas en el campo de la preservación de la fertilidad de pacientes con cáncer, detalla Ana Belén Rodríguez Bújez, jefa de la Unidad de Reproducción Asistida del Río Hortega: «Durante estos últimos años se ha hecho un esfuerzo para promover y difundir estas técnicas mediante vitrificación de ovocitos, tanto en los pacientes oncológicos como en aquellos que tienen patologías médicas que afectan a la fertilidad, como es la endiometriosis». La congelación seminal, para hombres con mismo perfil, también se lleva a cabo en la cartera de servicios de Sacyl.

Las unidades quieren continuar creciendo y se marcan objetivos ambiciosos como «reducir la lista de espera de fecundación in vitro, lograr financiación para adquirir gametos en aquellas parejas que lo precisan o incorporar tecnologías de eficacia demostrada en selección embrionaria», detalla la doctora Rodríguez Bújez, quien considera importante «potenciar el área de enfermería a través de la consulta telefónica», una novedad puesta en marcha hace un año en el Hospital Río Hortega que «resuelve dudas y evita desplazamientos, sobre todo en las parejas de otras provincias».

Respecto al perfil de pacientes, Rodríguez-Tabernero explica que suele ser el de «mujer de entre 38 y 39 años, con pareja y con fracaso de inseminación, endiometriosis o con un factor masculino, que precisa in vitro». «Están limitadas por la cartera de servicios de Sacyl, que establece un máximo de 40 años para tratar a una mujer, cosa que no pasa en los centros privados», apostilla el jefe de la Unidad en el Clínico.

 

LAS PRIVADAS. Uno de ellos, es el grupo Recoletas, que lleva ya 27 años trabajando en este campo: «Desde que en octubre de 1990 naciera en Valladolid el primer bebé por fecundación in vitro en Castilla y León, las técnicas de reproducción asistida han avanzado mucho y, con ellas, el equipo de Recoletas, contando en la actualidad con un equipo de ginecólogos, embriólogos y psicólogos muy especializado y con mucha experiencia», detallan fuentes del grupo empresarial, que viene realizando «un promedio de más de 700 ciclos de FIV y 200 de inseminación artificial», además de «ofrecer una alta personalización de tratamientos, al incluir técnicas avanzadas de reproducción», tal y como la ovodonación (con banco propio de donantes), Diagnóstico Genético Preimplantacional o la preservación de la fertilidad, junto con «todo un abanico de técnicas complementarias de laboratorio para mejorar la calidad del esperma o implantación de embriones».

Todo, en el marco de la Unidad de la Mujer Recoletas, que al ser una unidad integral, cuenta con «servicio de obstetricia avanzada, lo que permite la continuidad de la atención de la mujer conseguida la gestación».

Otra clínica privada de prestigio es IVI, recién llegada a la ciudad, pero con más de medio millar de pacientes vallisoletanas atendidas ya.

IN VITRO, A 4.995 EUROS. Los precios van desde los 795 euros que vale la inseminación artificial en IVI, a los 2.630 que cuesta en este centro sanitario el tratamiento de preservación de la fertilidad, a los 4.995 de la fecundación in vitro (7.995 con análisis genético) o los 7.295 de la ovodonación.