35 años de 'comecocos'

Agencias
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La mascota de Namco Bandai vio la luz en los recreativos el 22 de mayo de 1980, un juego que se convirtió en el mayor fenómeno que cautivó en EEUU a millones de personas

 
Ayer se cumplieron 35 años del conocido comecocos, de Pac-Man (la mascota de Namco), y que ha resultado una figura icónica en el mundo de los videojuegos. El personaje fue una invención de Toru Iwatani, un aficionado a los pinball que se unió a la compañía tras graduarse en  la Universidad en 1977. Por aquellos tiempos, la Nakamura (como es conocida familiarmente Namco) solo producía máquinas recreativas de escaso éxito internacional, aunque el lanzamiento de Galaxian en 1979, siguiendo la estela de Space Invaders, inauguró su sendero al éxito.
Iwatani buscaba separarse de los entretenimientos de disparos y los pinball de aquella época. Se centró en el verbo japonés taber, que significa comer. Recuerda en el libro de Steve Kent sobre los videojuegos que «por aquel tiempo, había muchos mecanismos relacionados con asesinar criaturas del espacio exterior. Estaba interesado en desarrollar una distracción para las mujeres y, en lugar de centrarme en un personaje, lo hice en ese concepto». Con apenas nueve desarrolladores, Namco desarrolló su divertimento canónico en esta década de los 80 y pronto Iwatani ideó el aspecto del comecocos inspirado por la forma de una pizza después de retirar un trozo. Sus enemigos, los fantasmas, seguían todos un estilo infantil con el que pretendían llegar a un mercado más amplio.
 
estilos distintos. La mecánica final es tan simple como efectiva: a través de un laberinto, el comecocos debe ingerir 240 puntos. Para impedirlo, cuatro fantasmas (Blinky, Pinky, Inky y Clyde) le persiguen: si le tocan, el jugador muere. Cada uno de ellos tiene estilos de persecución diferente, pero Pac-Man puede convertirse en un comecocos mayor gracias a los puntos grandes. De vez en cuando, además, aparecen cerezas o frutas como bono para obtener más puntos. Está diseñado para no tener final y,  a partir del nivel 255,  la máquina se corrompe por un error de software. Su nombre original en Japón era Puck-Man, y en su traslación a EEUU debió cambiarse a Pac-Man, por el evidente doble juego entre puck y el verbo fuck (copular) en inglés. 
La libertad de derechos del distribuidor americano Midway respecto a Namco llevó a que se lanzaran muchos juegos basados en personaje. Uno de cierto éxito, Ms. Pac-Man (1981), incorporaba más pantallas y un pequeño lazo al protagonista, buscando ese público femenino. La secuela oficial desarrollada por Namco llegó en 1982 con Super Pac-Man, de escaso éxito al modificar el diseño inicial. ¿Qué queda del juego original en 2015? Por de pronto, un personaje reconocible ya por todos globalmente. Quizá la mejor muestra de ello sea su protagonismo en la película Pixels, que va a estrenar Sony Pictures a lo largo de este año. La compañía de cine, a través de Josh Greenstein, su encargado de distribución, cree que el comecocos es «el personaje del videojuego más reconocible de la Historia». Para ello se han celebrado tanto en Japón como Estados Unidos o Europa distintos actos celebrando este aniversario.
En España iniciativas como la de la Universidad Rey Juan Carlos, donde se inauguró una estatua dedicada al comecocos, sirven como reconocimiento a unos pocos píxeles que han llenado de diversión y disfrute a millones  de aficionados durante 30 años.