En un comunicado recogido por Europa Press, fuentes de SíVA han señalado que el aumento en el uso de este tipo de vehículos para transporte personal, turismo e incluso para transporte de mercancías "hacen cada vez más necesario y urgente" contar con una regulación específica que facilite la convivencia entre los diferentes modos de transporte y que, a su vez, esté contemplada en las directrices del Plan de Movilidad Sostenible de Valladolid (PIMUSSVA).
Así, SíVA propondrá al Pleno el inicio del debate y los trabajos necesarios en el seno de la mesa de movilidad del Ayuntamiento con el fin de elaborar la correspondiente normativa que incluya las autorizaciones, condiciones de uso, aseguramiento y limitaciones de circulación de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) en el término municipal de Valladolid, en aras de garantizar la seguridad de todos los usuarios de los espacios públicos urbanos de la ciudad.
"Estamos ante un auge del uso de VMP con fines económicos que no deberíamos pasar por alto y, por consiguiente, deberíamos estar pendientes de su evolución y regulación", ha señalado la portavoz del Grupo, Charo Chávez.
Igualmente, se propone tener en cuenta la categoría de VMP como uno de los modos de transporte sostenible en el marco de PIMUSSVA, con el fin de que estos vehículos se consideren en la toma de decisiones y gestión de la movilidad sostenible, y se atiendan sus requerimientos en el futuro planeamiento de la ciudad (PGOU).
En el tráfico urbano se ha diferenciado tradicionalmente por un lado al peatón y, por otro, el vehículo a motor.
Sobre esta clasificación se han establecido las principales normas de circulación que rigen las ciudades, tales como las relativas a las restricciones, las señalizaciones, las prioridades de paso, las prohibiciones, etc.
Estos nuevos vehículos, según SíVA, tienen, en algunos casos, una masa superior a la de las personas y se mueven a mayor velocidad que los peatones. Además, carecen de un espacio propio en las vías generando, en no pocos casos, situaciones de riesgo al compartir el espacio urbano con el resto de usuarios.
Por esta razón, recuerdan que la DGT ha propuesto unos criterios de catalogación y una normativa que, en muchos aspectos, deja en manos de los ayuntamientos. Aunque es legal circular con patinetes eléctricos en todas sus modalidades (o incluso en segway), la realidad es que "se pueden producir ciertas ilegalidades o alegalidades o, cuanto menos, vacíos legales si solo se aplica a su uso la actual normativa de la DGT".
Así pues, consideran "lógico" pensar que, tal como sucede en otras ciudades españolas, las empresas del sector turístico quieran desarrollar estos modos de transporte para, por ejemplo, realizar visitas de nuestra ciudad.