La Capilla Sixtina brilla desde ayer con una nueva luz: después de tres años de trabajos, esta sala del Palacio Apostólico del Vaticano estrenó un sistema de iluminación y ventilación que además de devolverle todo su esplendor a la obra maestra de Miguel Ángel ayudará a preservarla.

«Estamos orgullosos de rendir homenaje al pintor renacentista en el 450 aniversario de su muerte y de la manera que pensamos que es mejor», indicó el director de los Museos Vaticanos, Antonio Paolucci, en la inauguración de una conferencia sobre la capilla.

Los expertos llevaban años alertando de que los famosos frescos, cuya última restauración finalizó en 1994 tras 20 años de trabajo, sufrían la amenaza de la contaminación, el polvo y los cambios de temperatura generados por el creciente número de turistas.

Actualmente, la Capilla Sixtina recibe hasta 20.000 visitantes al día. Y según Paolucci, el viejo sistema de ventilación, de hace dos décadas, apenas podía hacer frente a un tercio de esa cifra.

Además, las 7.000 bombillas led incorporadas en la sala -donde también se reúnen los cardenales cada vez que tienen que recluirse para elegir a un nuevo Papa- ofrecen una iluminación «no invasiva, respetuosa» y «capaz de sacar a relucir cada detalle».

Y es que pese a que la fama se la llevan los espectaculares frescos de Miguel Ángel La creación de Adán y El Juicio Final, la capilla alberga también imponentes pinturas de Sandro Botticelli, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Pietro Perugino que hasta ahora recibían una pobre iluminación.

En total, los costes de la renovación ascendieron a tres millones de euros. Y gracias al nuevo sistema, no será necesario fijar cuotas de visitantes, confirmó Paolucci.