La ciudad sin miedo

SPC
-

La vida fluye con normalidad en Barcelona un año después del atentado, en una pugna por superar el horror del terrorismo bajo la consigna de la paz aunque sin olvidar a las víctimas

Hay filas de gente frente a La Pedrera y la Casa Batllò; el trajín habitual en Las Ramblas y afanosos vecinos apurando los últimos retoques para las populares fiestas de Gracia. Un año después del atentado terrorista más mortífero perpetrado en España desde 2004,  la vida transcurre en Barcelona como si nada hubiera sucedido. O casi. 

Frente al aparente olvido de ciudadanos y turistas, el ruido mediático y la presencia policial ejercen de recordatorio de la letal carrera que Younes Abouyaaqoub protagonizó en en el lugar, horas antes de que la localidad gerundense de Cambrils también sufriera otro atropello masivo. 

El joven yihadista y sus 12 cómplices acabaron con la vida de 16 personas e hirieron a 132 más. Pero no lograron modificar las rutinas de la ciudad más visitada de toda España, que horas después del trágico suceso ya se levantaba al grito de «no tenemos miedo». 

«Yo vivo igual que lo hacía antes del atentado. El peligro existe en todas partes y a salvo nunca estás, estés donde estés. Así que, cuando he tenido que ir a Las Ramblas he ido, sin pensar en ello», asegura Eva, una contable de 38 años que se crió muy cerca de allí. 

Ahora, pasea por el barrio de Gracia, cuyas concurridas fiestas fueron parcialmente interrumpidas el año pasado por el ataque y que ayer arrancaban de nuevo sin que el suceso haya modificado la tradición. A una media hora a pie del centro de la Ciudad Condal, las calles lucen espectacularmente engalanadas para la ocasión y los visitantes se acumulan para festejar en espacios abiertos, sin mayores precauciones.