Los hábitos de consumo están cambiando constantemente. Así lo atestigua el presidente de los industriales del Mercado Municipal de El Campillo, José Ignacio Pollino, quien asegura que «los horarios laborales, la marcha de muchos trabajadores del centro al alfoz y, por supuesto, la crisis además del cierre del aparcamiento subterráneo del mercado, han provocado un cambio de tendencia a la hora de consumir, a la hora de ir a hacer la compra hasta el punto de que por practicidad y por ahorro los clientes cada vez se adelantan más a las compras, son más previsores en los productos frescos que se puede, y los congelan hasta las celebraciones navideñas». «Esta es la realidad actual que ha originado que en estas fechas, el consumo en días de diario esté muy flojo y solo repunte los fines de semana», asegura.
En este sentido el también propietario de Pescados y Mariscos Azul de El Campillo hace balance comercial del año y revela que «aquí la crisis sigue presente, no levantamos cabeza, porque tenemos dos días buenos de muchos malos. Y así todo el año», al tiempo que califica la presente campaña navideña de «aceptable» pero reconoce que los números, las colas y las ventas de hace no tantos años «nunca volverán». Es más, buscando el trabajo este pescadero abre hoy lunes, día que habitualmente este sector no levanta sus persianas, y hoy y mañana el mercado también abrirá de manera ininterrumpida.
Más negativo es aún Tello Aparicio, el pescadero responsable de la Pescadería Larrea, quien considera que están «peor que el año pasado» hasta el punto de que desvela que en estos últimos años venden la mitad de género que vendían antes del inicio de la crisis económica. De año «raro», por su parte, habla un carnicero, José Javier Velázquez, que indica que «hay poco lechazo y seguramente acabe estas navidades por agotarse porque hay muchas miles menos de cabezas de ganado» y cifra el precio del lechazo entero a 80 euros o, lo que es lo mismo, unos 10 euros más que el año pasado.
Manuel, por su parte, pertenece al gremio de... «más tremendo todavía» porque las frutas y las verduras se consumen durante estos días en su justa medida, «porque somos producto prescindible por la cantidad de dulces que se sirven en las mesas y porque siempre somos de última hora».
Todos los industriales, por su parte, achacan la «notable» caída de las ventas en El Campillo al cierre del parking del mercado, una clausura que suma días desde el pasado mes de febrero y que calculan les han provocado un 40por ciento menos de las ventas con respecto al año pasado. «Nos urge su apertura y es que nuestros negocios necesitan una solución ya», ultimó José Ignacio Pollino.