La de ayer no era una comparecencia ordinaria del alcalde. El Salón de Recepciones estaba repleto de medios de comunicación, aunque el interés mayoritario no era la presentación de un acuerdo de cooperación entre Valladolid y Guanajuato sino en la reacción del  alcalde al auto de la Audiencia Provincial sobre el caso PGOU.

La convocatoria coincidía con la hora en que se hacía público el fallo judicial, algo que motivó que la aparición del alcalde se retrasara casi un cuarto de hora, el tiempo necesario para conocer la resolución. La tensión que se notaba entre periodistas y cargos públicos contrastaba con los preparativos de la degustación de productos mexicanos y el trasiego  de concejales y funcionarios que tenían una reunión en una sala anexa.

Los fotógrafos y cámaras no tuvieron que esperar mucho para conseguir la primera imagen del alcalde tras conocerse su exoneración. A partir de ahí, la rueda de prensa fue un mero trámite hasta conseguir sus primeras declaraciones. Él mismo estuvo todo el rato pendiente del móvil y comentando las novedades con la concejala de Cultura. También estuvo muy pendiente de los presentes, incluido el exjefe de la Policía Municipal, con los que cruzaba sonrisas y gestos de satisfacción.

Y como en un final de película, tras realizar sus valoraciones a los medios de comunicación, el alcalde brindó con su equipo por la buena noticia. Ayer era un buen día para tomarse un tequila.