La presencia de en torno a medio centenar de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local evitaron que se produjera una reyerta el pasado miércoles por la noche en el barrio de Pajarillos. Todo comenzó tras un accidente de tráfico. Al parecer, según fuentes policiales consultadas por este periódico, uno de los vehículos implicados en el accidente estaba circulando a gran velocidad por las calles adyacentes a la carretera de Villabáñez, cuando se produjo un accidente donde se vio involucrada una furgoneta, que quedó incrustada junto a una farola.

Poco a poco y con el paso de los minutos, varios grupos de personas de etnia gitana se personaron en el lugar de los hechos y comenzó un conato de reyerta entre las personas implicadas en el accidente que alarmó a los vecinos de la zona. Ante los ruidos originados por el accidente y la posterior llegada de más personas que se increpaban mutuamente en defensa de los implicados en el siniestro, los vecinos realizaron una llamada de alerta a la Policía. 

Los coches patrulla tanto de la Policía Local como del Cuerpo Nacional de Policía fueron llegando hasta la carretera de Villabáñez y al ver que cada vez mayor número de personas se aproximaba al cruce entre las calles Santa María de la Cabeza y carretera de Villabáñez, los agentes vieron que era necesaria una mayor presencia policial para impedir que la situación fuera cada vez más grave.

Colaboraron efectivos de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía. De esta forma, varios furgones de la Unidad de Intervención Policial fueron personándose en el lugar hasta que en torno a 50 agentes se concentraron para evitar que se produjera una reyerta.

Grupos de personas hicieron corrillos en torno a las 21.15 horas de la noche cerca a los dos vehículos accidentados y solo la presencia policial evitó que el conato de reyerta se convirtiera en algo mucho más grave. Los agentes se situaron a lo largo de la calle Villabáñez y insulso fue necesario proceder a cortar el tráfico rodado en la vía durante unos minutos.

 Al final, dos grúas se aproximaron hasta el lugar para retirar los dos vehículos que resultaron accidentados y tuvieron que trabajar bajo la presencia tanto de los agentes como de las personas de etnia gitana que estaban presentes.

Según informaron fuentes policiales, una de las mujeres que se vio envuelta en el accidente tuvo que ser trasladada hasta el Hospital Clínico, donde fue atendida.