La Junta clausura tres bares de copas por permitir el acceso a menores de 16 años y les multa con 160.000 euros

Luis Amo
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La sanción más cuantiosa alcanza los 90.000 euros a un local de la calle Macías Picavea, donde la Policía Municipal encontró a más de 50 jóvenes en su interior y el dueño se había ausentado

Jóvenes a la entrada de un bar. - Foto: El Día

La Junta ha notificado estos días a las partes (infractores y Ayuntamiento) tres denuncias relacionadas con incumplimientos de la normativa de espectáculos públicos. Tres multas a bares de copas que significan cierres cautelares y cuantiosas sanciones que suman 160.000 euros. Y, todas las infracciones, por la misma causa: permitir el acceso a jóvenes menores de 16 años e incluso dificultar la entrada policial. Estas resoluciones certifican que las inspecciones a los establecimientos de restauración de la capital dan su recompensa, atajando de este modo las «pocas» infracciones de «algunos» propietarios o gerentes de los bares de copas en particular y de los negocios hosteleros en general, como explican fuentes policiales a El Día de Valladolid, al revelar que están aumentando las inspecciones a bares, restaurantes y discotecas, si bien este control se viene haciendo de manera asidua.

Tras las correspondientes alegaciones efectuadas, el Ejecutivo Autonómico ha interpuesto una multa de 90.000 euros al propietario del bar de copas de la calle Macías Picavea, además de un cierre cautelar, según lo dispuesto en la ley regional. Se trata de una de las sanciones más altas certificadas en Valladolid después de que agentes de paisano de la Policía Municipal encontrasen hace más de un año en el interior del local a un grupo de menores de 16 años. Este bar está cerrado ahora por la acumulación de infracciones, pero lo cierto es que estos hechos sucedieron cuando los policías se personaron en el establecimiento y se encontraron una peculiar situación: más de cincuenta jóvenes en su interior, con las puertas de acceso cerradas con llave por el propietario del negocio que, además, se había marchado a su casa con la previsión de regresar pasadas varias horas. Las mismas fuentes han confirmado que los agentes tuvieron que esperar varias horas en la puerta de la sala hasta que volviese el dueño, aclarando que los chavales celebraban en el interior una fiesta privada, algo que también está prohibido por ley excepto si tienen la licencia municipal.

Sobre los otros dos locales sancionados, también están en el centro: en las calles de SanLorenzo y en García Morato. Las denuncias, notificadas ahora tras concluir todo el procedimiento, son por el acceso a menores de 16 años y por obstaculizar la entrada a los Cuerpos de Seguridad del Estado. Exactamente, la sanción a un bar de copas de la zona delCoca ha concluido con una multa económica de 40.000 euros y el cierre del establecimiento durante cuatro días (de jueves a domingo), mientras que la multa al bar de El Cuadro alcanzó los 30.000 euros. Se da la circunstancia, además, que uno de estos recibió varias denuncias el mismo día, en el turno de tarde y de noche, porque pese a la advertencia y a sacar a los menores del local, el dueño, que estaba ebrio, seguía admitiendo su entrada en cuanto los policías se iban del lugar.

CAMPAÑA DE INSPECCIÓN

El Ayuntamiento de Valladolid, a través de las brigadas de Policía Municipal de barrio, las patrullas ordinarias y de paisano, está inmerso en la inspección y control de bares, cafeterías, restaurantes y discotecas, así como otra modalidad nueva de montar fiestas y que está recibiendo muchas denuncias vecinales: alquilar pisos para hacer botellón los fines de semana. Los agentes están realizando esta vigilancia en todos los establecimientos, cualquier día y a cualquier hora, un examen que se inicia con la misma comprobación sobre qué tipo de licencia tiene cada negocio y si obedece a la clasificación administrativa otorgada. También se supervisa el propio local. En concreto, son muchos los aspectos a revisar: la doble puerta de entrada; las salidas de emergencia; los limitadores de volumen del equipo de música o televisiones; la cartelería con las oportunas referencias de entrada de menores o alcohol;el aforo; la supervisión de los extintores, la salubridad del local en general y la higiene de los servicios en particular, junto con otros aspectos relacionados con la seguridad. También se controlan las terrazas exteriores de acuerdo a lo suscrito con la administración.

Así, tras esta minuciosa comprobación, según relatan fuentes policiales, las sanciones más rutinarias son las referidas al ruido (manipulación de los limitadores, apagados e incluso desprecintados), bares que no piden determinadas licencias para albergar actuaciones musicales o fiestas (porque la actividad se ajusta a la licencia) y otros locales que permiten la entrada a menores de 16 años e incluso les sirven alcohol.

Con todo, fuentes policiales informan de un alto cumplimiento de la norma, existiendo actas levantadas pero con situaciones no especialmente relevantes para cuyo resolución la mayoría de propietarios son «bastante» receptividad. Capítulo aparte merece el incumplimiento de los horarios de cierre, que puede salir muy caro a sus dueños (30.000 euros), si bien cada día se cumplen más a «rajatabla».