Los compromisarios: ese objeto de deseo

SPC
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Casado y Sáenz de Santamaría centran sus últimos esfuerzos en conquistar el voto de los 3.082 delegados que este sábado decidirán quién será el próximo presidente del Partido Popular

Son 3.082, vienen de toda España y estos días sus teléfonos echan humo. El resto del año son cargos y militantes del partido pero el próximo sábado los compromisarios serán los protagonistas porque elegirán al próximo presidente del PP y su voto es alto secreto. De hecho, dispondrán de cabinas y sobres.

Pero antes de que depositen su papeleta, los equipos de Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría se afanan estos días por conocer con cuántos apoyos contarán, y hay una auténtica guerra de cifras. El primero sostiene que tiene el 68 por ciento y el segundo, el 60. 128... 

Pero las dos candidaturas son conscientes de que cada delegado elegirá el sufragio que quiera y nunca llegará a saberse quién ha votado a quién, como tampoco se tendrá constancia de qué territorio viene cada apoyo, en un sistema que ha distribuido las 25 mesas de votación por orden alfabético y no por circunscripciones.

En la primera fase, celebrada el pasado 5 de julio y en la que votaron los militantes, los dos aspirantes que se juegan ahora el liderazgo pudieron comprobar los votos que contaban en cada lugar. Así, de las seis comunidades con más porcentaje de compromisarios, la candidatura de la vallisoletana ganó en tres: Andalucía, Comunidad Valenciana y Castilla y León.

En otra de ellas, Madrid, el vencedor fue el palentino, y las otras dos -Castilla-La Mancha y Galicia- dieron su apoyo mayoritario a María Dolores de Cospedal, que quedó fuera de la competición. Tras el apoyo público que ésta le dio al exjefe de Comunicación, el candidato confía en que sus partidarios le voten en bloque mientras los de la exvicepresidenta rechazan esa tesis. 

En cualquier caso, ambos equipos aseguran estar contactando con los compromisarios uno a uno.

Saben que equiparar la elección de los militantes a la que puedan hacer los delegados es un cálculo muy aventurado, aparte de que para el congreso extraordinario el peso del reparto territorial puede quedar diluido por otro tipo de intereses más personales.