La puerta de la muerte

A. G. Mozo
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Mariano mató a navajazos a su vecino Óscar después de una pelea entre varios miembros de ambos clanes del barrio de Buenos Aires a cuenta de una puerta que se había dejado abierta

Una puerta. Una simple puerta por la que entraba polvo fue el desencadenante del sexto crimen del siglo XXI, el de Cañada de Fuente Amarga. Allí perdió la vida Óscar H.M., un joven que se enfrentó a un vecino de su misma quinta porque se había dejado aquella puerta abierta. La puerta que desencadenó la reyerta. Esa reyerta mortal entre dos clanes del barrio de Buenos Aires solventada a navajazos. No menos de diez. Dos de ellos mortales. ¿Cuestión de orgullo? ¿De honor? ¿Tan grave fue esa afrenta? ¿Había algo más entre estas dos familias gitanas? ¿Fue la gota que colmó el vaso de la paciencia enter los vecinos?

 

En el juicio celebrado apenas diez meses después de los hechos poco más se supo de los motivos que desencadenaron la reyerta mortal. La puerta, siempre aquella puerta...
 

Barrio de Buenos Aires. El crimen se produjo sobre las 13.45 horas del día 8 de mayo de 2003. Minutos antes habían cruzado unas palabras más altas que otras Óscar H.M. y Alfredo B. a cuenta de la puertecita de marras, aquella que el segundo, conocido en el barrio por el apodo de ‘El estudiante’, se habría dejado entreabierta y por la que, según el primero, iba a «entrar polvo».

 

El incidente enfadó al padre de Alfredo, Mariano B.J. Éste, según la versión ofrecida en el juicio por uno de los supervivientes de esta reyerta, Jonathan H.M., le habría dicho a gritos a su mujer que le diese «las pistolas» que iba a «matar a Óscar». Fue por este motivo por el que los dos hermanos se fueron a buscar a su padre, Alfredo H.J., para que hablase con Mariano y aplacase la situación, ya que los dos patriarcas habían mantenido siempre una excelente relación. «Es que nosotros dos éramos como hermanos, estábamos siempre juntos», según declaró Alfredo en el juicio que se celebró en marzo de 2004 en la Audiencia Provincial de Valladolid.

 

No lo consiguió. Casi ni le dio tiempo. Por culpa del honor, de ese orgullo malentendido entre muchos calés, todo desembocó apenas unos minutos después en una cruenta reyerta entre estos cinco vecinos. Una pelea mortal para Óscar.
 

La reyerta. Ambos clanes se cruzaron con sus furgonetas unos minutos después de la una y media de la tarde en la Cañada de Fuente Amarga. Primero hablaron los dos patriarcas. De furgón a furgón. No hubo acuerdo. La cosa se calentó y Óscar y ‘El estudiante’ se bajaron de sus vehículos y comenzaron una pelea. A tortas, sin armas, según se declaró probado en el juicio. Acto seguido, ya estaban los cinco a pie de calle. Enzarzados.

 

Como las versiones que dieron en el juicio. Porque mientras que el hermano y el padre del joven acuchillado aseguraron que ellos se limitaron a separar y que jamás esgrimieron armas, el condenado y su hijo replicaron que aquello fue una encerrona, que los rivales cruzaron su furgoneta en mitad de la Cañada de Fuente Amarga y que les obligaron a bajar del vehículo.  Y comenzó la supuesta agresión, la que declararon el acusado y ‘El estudiante’, y que nada tuvo que ver con lo que testificaron padre y hermano de la víctima. «Se bajó (Mariano) de la furgoneta y se lío a puñaladas. Yo no me lo esperaba», según declaró Alfredo H.J.

 

Mariano y Alfredo B. afirmaron que sus oponentes les empezaron a golpear con un martillo, una cachava y una navaja, y que, ante esa situación, el condenado, tal como admitió, tuvo que coger una navaja que llevaba siempre en su furgoneta para defenderse.

 

Sin embargo, el autor material del crimen sí que reconoció que llegó a herir a Óscar, pero que solo fue en defensa propia. En cambio, Mariano rechazó que también atacase con su arma a Jonathan: «Se tiró hacia mí con la navaja, yo le empujé y al caer al suelo se la clavó él solo. Se levantó diciendo vámonos, vámonos que me han pinchado», declaró Mariano B.J. al tribunal, que admitió que después de esta reyerta se cogió a toda su familia y se la llevó de Valladolid, entregándose después ante el juez de guardia de Aranda de Duero.
 

Cuchillada al corazón. La versión ofrecida por Mariano B.J. contrastó con el informe forense de la autopsia de Óscar, en el que se detectaron hasta diez lesiones y dos heridas de arma blanca «muy graves», ambas tenían ‘solo’ cuatro centímetros de profundidad pero afectaron al pulmón y al corazón, resultando mortal esta última. La Audiencia condenó a Mariano B.J. a doce años de cárcel, diez por el homicidio consumado de Óscar y dos por la tentativa de Jonathan. Caso cerrado, como la puerta...