La Policía ha desarticulado una banda itinerante de carteristas, que se había afincado en Valladolid a mediados de febrero y que, en apenas veinte días, ha perpetrado al menos 27 robos a mujeres, a las que quitaban la cartera y que, en algún caso, llegaron a obtener un botín de hasta 800 euros.
Las investigaciones llevadas a cabo por los agentes del Grupo de Hurtos, desde que el pasado 18 de febrero se recibiese una primera denuncia, dieron su fruto el lunes, cuando sorprendieron a tres de las cuatro integrantes de la banda búlgara en plena faena. Se trata de E.S.I. (de 22 años), M.P.K. (23) y D.D.P. (19), mientras que la cuarta ladrona logró escapar, si bien «ya está plenamente identificada», tal como detallaron fuentes policiales.
Las carteristas trabajan juntas y de manera organizada, y siempre por el centro, por el entorno del paseo de Zorrilla y de las calles Mantería y Santiago. Ellas van de ciudad en ciudad, cambiando con cierta frecuencia para evitar que la Policía dé con ellas.
En Valladolid, no lo lograron por la rápida intervención de los agentes del Grupo de Hurtos, que las identificó en tiempo récord. A pesar de ello, lograron dar esos 27 golpes en apenas veinte días. «El modus operandi consiste en que una de ellas (suelen ir en parejas) se acerca a la víctima y provoca un choque sorpresivo y casual, lo que le permite, con rapidez, astucia y disimulo, extraer la cartera o el monedero del interior del bolso, tras haber abierto previamente su cremallera», detallan fuentes de la Policía. En otras ocasiones, lo que hacían era aprovecharse de «la confianza de la potencial víctima al depositar su bolso en algún asiento, estante o mostrador», lo que «facilita extraordinariamente la acción de las delincuentes que se apropian de los efectos al estar estos fuera de su alcance visual, acción que detecta cuando ya se ha consumado el hurto». «Una vez que la primera se ha apoderado del efecto se lo pasa con rapidez a la segunda que se halla próxima y quien, disimuladamente, saca el dinero de la cartera o bolso», para luego arrojar la cartera al suelo del comercio o en una papelera del entorno. En una ocasión, lograron los 800 euros que acababa de sacar del banco una mujer y el mismo día de su arresto, por ejemplo, se habían hecho con una cartera que contenía 500 euros y tarjetas, pero las pudo la avaricia; vieron que en la cartera de la víctima había un número anotado y acudieron a un cajero para comprobar si era el PINde la tarjeta. Allí, in fraganti, fueron arrestadas E.S.I. y M.P.K.
En libertad. La tercera, D.D.P., que iba acompañada de la mujer que logró huir, fue retenida por un dependiente que presenció como robaban a una anciana. Las tres quedaron el jueves en libertad con cargos.