Hundimiento en Zorrilla

D.V.
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El Albacete se adelantó antes de cumplirse el minuto 2 y el Real Valladolid se mostró incapaz de remontar durante el resto del partido · Preocupante imagen del Pucela que fue despedido con una monumental pitada y al grito de "fuera, fuera"

Mal. Muy mal. El Real Valladolid dejó ayer, en Zorrilla, una de las peores imágenes de la temporada, mostrándose como un equipo sin intensidad y romo en ataque, incapaz de remontar el tempranero gol del Albacete, que se adelantó segundos antes de cumplirse el minuto 2 de juego en una afortunada jugada en la que Samu enganchó un gran disparo que pegó en un palo, se fue al poste contrario y el rechace le cayó a un Portu, que no perdonó. Jarro de agua fría para los de Rubi, que querían desterrar las pésimas sensaciones de Ponferrada.

La reacción blanquivioleta no fue apasionada, aunque sí lo suficientemente seria como para hacerse con el control del juego. Un dominio, eso sí, que fue estéril. El equipo echaba demasiado de menos las internadas de Chica, desterrado a la izquierda para suplir al sancionado Peña, y, sobre todo, la velocidad de los internacionales Hernán Pérez y Johan Mojica, convocados este fin de semana, con sus selecciones. Omar y Jeffren, sus sustitutos, no dieron la talla en ningún momento.

Fue Óscar el único que pareció tirar del carro, capitalizando el juego de ataque pucelano y probando a Doronsorro desde fuera del área. Pero lo cierto es que el Real Valladolid nunca llegó a inquietar de veras al portero manchego. Es más, fue el Albacete el que se acercó con más peligro, en contadas ocasiones y casi siempre a la contra, pero con mejores sensaciones. Incluso volvió a marcar antes del descanso, pero en clarísimo fuera de juego.

Al descanso se llegaba con 0-1 en el marcador y la esperanza de que si el equipo le añadía cierta intensidad a su dominio, la remontada era posible. Pero no. Los de Rubi salieron especialmente indolentes, como si no se jugasen lo que se están jugando cada jornada en una Segunda División tan igualada como la de este año. A los once minutos de la reanudación, el técnico catalán decidió mover fichas. Dos de golpe. El canterano Brian, lateral zurdo, entró por Chus Herrero, y Chica volvió a su sitio. Y el brasileño Túlio de Melo sentaba a Jeffren Suárez.

Pero nada cambió. El Real Valladolid apenas inquietaba al Albacete y se limitaba a bombear balones al ariete carioca. Sin éxito. Por no haber, no hubo ni asedio. Y con el pitido final, la grada del José Zorrilla no dudó en reprochárselo al equipo, despedido entre pitos y gritos de "fuera, fuera", y, sobre todo, a Rubi, que salió señalado por primera vez y un sector de la grada pidiendo su cabeza.