Es el principal impulsor y valedor del proyecto. Él lo desenterró y lo puso sobre la mesa hace ya más de diez años, cuando fue nombrado presidente de la Audiencia. Poco a poco, con paciencia franciscana, ha conseguido avances hasta casi conseguir convertirlo en toda una realidad. Pasar de las ideas y las buenas palabras a los hechos. De aquel Campus en el entorno de San Pablo y Angustias a este gran Campus en el barrio Girón. De no haber nada a tener ya el terreno en propiedad (vía permuta con el Ayuntamiento, que se quedará con la sede central de los Juzgados) y hasta un proyecto arquitectónico. Incluso hasta el presupuesto que se iba a invertir allí: 37 millones. Y ahora todo se diluye. El Gobierno vuelve a enterrar el Campus de la Justicia, dejándolo sin dotación económica para 2015 y rebajando su asignación global a diez millones.
Feliciano Trebolle, magistrado penalista de prestigio metido a negociador político por la causa, no ocultaba ayer su tristeza por una noticia que él ya sabía desde hacía varios días y que trató, sin éxito, de remediarlo: «Es una gran decepción. Llevo en esta lucha muchos años y esta decisión del Gobierno pues me decepciona enormemente. Al comienzo de la legislatura, en un despacho del Ministerio de Justicia, se dijo que el compromiso es que el Campus de Valladolid fuese, en lo que a obras se refiere, el gran proyecto del Ministerio de Justicia. Había un compromiso conmigo».
El presidente de la Audiencia no acaba de entender el cambio de parecer del Gobierno, ya que, según recuerda en declaraciones a El Día de Valladolid, «las fases se han superado satisfactoriamente y estaba todo dispuesto para que las obras comenzasen a lo largo del segundo semestre de 2015». «He hecho gestiones para conseguir, al menos, una cantidad módica que sí que permitiese el comienzo de la obra el próximo año, aunque fuese en diciembre de 2015, pero que comenzase».
Y mucho más incomprensible resulta para el magistrado cuando en Valladolid se paga cada año en torno a un millón de euros en alquileres para albergar a una veintena de juzgados (Primera Instancia, Social...) que no tienen sede propia. «Se están abonando de alquileres unas cantidades que son muy altas... una auténtica barbaridad, y parece que no lo quieren entender. Si es que lo que se invierte en alquileres serviría para hacer las obras».
Con paciencia. «Se la luchado siempre en unas condiciones de diálogo y hemos aceptado que, dada la situación de crisis que se sufría, el Campus no se hiciese en uno o dos años..., sino en muchos más años...», apuntaba Trebolle. «Valladolid se merece algo más», añadía y, pese a ello, continúa apostando por la paciencia. Sin estridencias: «Yo tengo que seguir siendo positivo y seguir luchando por lograr que el Campus de la Justicia de Valladolid llegue a ser una realidad. Intentaré que la obra pueda comenzar en 2016».