El comercio protesta por una nueva «oleada» de visitas de la SGAE para cobrar por la música ambiental

Óscar Fraile
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Avadeco ha mantenido varias reuniones en los últimos dos meses con la Sociedad General de Autores y Editores para firmar un convenio que mejore las condiciones de sus asociados

La SGAE ha incrementado las inspecciones a comercios para asegurar el pago de los derechos de autor. - Foto: El Día

Los comerciantes de Valladolid vuelven a poner el grito en el cielo por el incremento de visitas que han recibido en las últimas semanas de representantes de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) para exigir el pago de los derechos por el uso de hilo musical en sus establecimientos. Ya lo ‘sufrieron’ a principios de año, y en las últimas semana parece que la SGAE ha intensificado estas inspecciones, según denuncian desde Fecosva.


De hecho, el pasado 10 de abril esta asociación celebró la XIX Asamblea General, un encuentro en el que se elevó una protesta por este motivo, ya que Fecosva considera que la actividad principal de estos negocios es vender, «no entretener a sus clientes con la música». Pero la interpretación de la SGAE es muy diferente, puesto que considera que esa música se utiliza en muchas ocasiones para estimular la venta y, por lo tanto, genera beneficios al empresario.


Y por eso se producen las visitas de los representantes de la SGAE. Primero avisan al comerciante de su obligación de pagar y de firmar un contrato con la sociedad para hacerlo. Si el empresario se niega, se produce la denuncia y el conflicto se resuelve ante el juez, que da la razón a la SGAE «en el 99 por ciento de los casos», señalan fuentes del sector comercial vallisoletano.


Desde Fecosva incluso se quejan de que da igual que el hilo musical proceda de una radio que el dependiente tenga en el mostrador para su distracción. «Hay casos sangrantes de este tipo en tiendas muy pequeñas», critican desde Fecosva.


La SGAE contempla diferentes tarifas para el pago de los derechos de autor que van en función de la superficie del comercio. Tienen que pagarse si existe un hilo musical o, por ejemplo, si hay una televisión. Y basta con que esté allí, aunque no esté en funcionamiento, porque «la jurisprudencia reconoce que la mera existencia de tales aparatos permite presumir que sí se usarán», señalaron desde la SGAE a este periódico.

Las tarifas van en función de la superficie del comercio. Así, los que tienen menos de 50 metros deben pagar poco menos de 85 euros al año por la utilización del repertorio musical. Los que tengan de 51 a cien metros, unos 169 euros; entre 101 y 150, unos 254 euros. Así hasta los 882 euros que pagan al año los comercios de entre 1.951 y 2.000 metros. Más allá de esa superficie, ya se aplica la tarifa de grandes superficies. Eso en lo que se refiere a las tarifas por el uso del repertorio musical de la SGAE, porque si se utiliza también el audiovisual, el precio es más alto. Desde los 113 euros por un negocio de menos de 50 metros hasta los 1.177 para superficies de entre 1.951 y 2.000 metros.


Eso sí, fuentes del sector del comercio aseguran que los representantes de la SGAE se suelen mostrar dispuestos a negociar y analizar las características de cada establecimiento antes de establecer la tarifa en el contrato que se ha de firmar. Así lo reconoce un empresario del sector textil que lleva pagando a la SGAE durante los últimos ocho años, y que prefiere no hacer público su nombre. «Si no firmas el acuerdo, te denuncian, por lo que yo decidí negociar», señala. Y es que, por defecto, casi ningún comercio paga por estos derechos, a no ser que reciba la visita de la SGAE. Sí que lo hacen, por ejemplo, empresas de hostelería como bares musicales.


Por su parte, la asociación de comerciantes Avadeco reconoce que ha mantenido varias reuniones con la SGAE en los últimos dos meses para intentar firmar un convenio que mejore las condiciones de sus asociados. Por un lado, quieren evitar «agravios» como el hecho de que una tienda de muebles de 500 metros tenga que pagar mucho más que un comercio textil de 70, pese a que en la primera entre menos gente que en la segunda. Por eso Avadeco quiere que se tengan en cuenta otros criterios, como la afluencia.


Además, pide que se firme un único contrato, ya que en la actualidad se firman dos, uno con la SGAE y otro con el Órgano Conjunto de Recaudación de Artistas y Productores (Agedi-Aie), cuyos derechos también gestiona la SGAE. Este aspecto se podría solucionar con la nueva Ley de Propiedad Intelectual.

SGAE: «Si no aporta nada al negocio, ¿para qué lo tienen?»

La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) defiende su actuación en los comercios de Valladolid y recuerda que «la utilización pública del repertorio exige contar con una licencia por parte de la entidad que lo gestiona, en este caso la SGAE, y esta licencia lleva aparejada el pago de los derechos previstos por Ley de Propiedad Intelectual». Por otro lado, la SGAE no está de acuerdo, como defienden los comerciantes, en que la música de ambiente o las imágenes, no redunden en una beneficio para ellos. «El negocio dispone así de una prestación añadida que permite mejorar su atractivo frente a otros, haciéndolo más competitivo. Si no aporta nada, ¿para qué tener algo que no sirve?», ironiza la SGAE en declaraciones a El Día de Valladolid.


Además, critica la falta de información que tienen los empresarios sobre el tema. «Lamentamos que en ocasiones exista un desconocimiento sobre las obligaciones legales que contraen los usuarios del repertorio, y es nuestro interés que la relación entre autores y cualquier usuario comercial a través de SGAE sea clara, trasparente y legal, por lo que nuestro departamento comercial está a disposición de los interesados para cualquier aclaración sobre el uso del  repertorio de los asociados de SGAE». De hecho, esta entidad reconoce que «ha formalizado recientemente acuerdos con sectores como la hostelería, no solo para el pago por la utilización del repertorio, sino para hacer pedagogía común sobre el correcto uso del mismo por las diferentes empresas». Y en este sentido trabaja en la actualidad con la asociación vallisoletana Avadeco.

Por último, SGAE recuerda que «el derecho de autor no se paga por el mero hecho de tener en un establecimiento un televisor, una radio, hilo musical o un reproductor de vídeo, sino por las obras protegidas, por el derecho de propiedad intelectual que se difunde a través de los mismos, lo que ocurre es que la mera tenencia permite presumir que se utilizarán los aparatos, comunicando públicamente obras protegidas».