Repsol multiplica su beneficio neto por ocho, hasta los 1.612 millones

Agencias / Madrid
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La compañía mejora en 2014 sus resultados un 27% más que el ejercicio anterior, gracias a los saneamientos extraordinarios derivados de la expropiación en 2013 de YPF por Argentina

 
Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.612 millones de euros en 2014, apoyado en la fortaleza de su modelo de negocio integrado, lo que supuso multiplicar por ocho su resultado respecto a los 195 millones de euros registrados en 2013, ejercicio en el que la compañía realizó saneamientos extraordinarios derivados de la expropiación en Argentina de YPF. 
El balance neto ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 1.707 millones de euros, lo que supone un aumento del 27% respecto al año anterior, según avanzó ayer su presidente, Antonio Brufau. 
La compañía matizó que este dato resulta «especialmente significativo» si se tiene en cuenta la complejidad del contexto exterior, caracterizado especialmente por la abrupta caída de los precios internacionales del crudo en el segundo semestre, con un efecto negativo en el resultado neto del ejercicio de 606 millones de euros y la interrupción de la actividad en un país clave como fue Libia. 
Ambos factores fueron «eficazmente compensados» por la entrada en producción de proyectos estratégicos en Perú y Brasil así como por el excelente balance del área de Downstream (refino, química, marketing, trading, GLP y Gas&Power) que aportó 1.012 millones gracias, principalmente, a la eficiencia de las instalaciones de las refinerías y a su capacidad técnica para destilar hidrocarburos pesados. 
En el área de Upstream (exploración y producción), la sociedad logró una cifra de 589 millones frente a los 980 obtenidos en 2013, debido a la interrupción de la producción en Libia y a los menores costes de realización del petróleo, afectados por la brusca caída de los precios en los mercados internacionales de referencia durante la segunda mitad del año. 
En este contexto, Repsol logró aumentar su producción media durante 2014 un 2,5%, hasta los 354.500 barriles equivalentes de carburantes al día, cifra que incluye alrededor de 32.000 de nueva producción diaria, proveniente de proyectos internaciones de la sociedad en Bolivia, Brasil, Perú, Rusia y Estados Unidos. 
Durante el anterior ejercicio, la corporación continuó con su «exitosa» campaña exploratoria. Así, realizó 12 descubrimientos en los 34 pozos perforados, lo que supone una tasa de éxito del 35%, por encima de la media del sector. 
Por su parte, el negocio de Downstream aumentó sus ingresos un 111% hasta los 1.012 millones, fundamentalmente por el favorable comportamiento de los márgenes de refino y química, impulsados por las medidas de su Plan de Competitividad, así como por los mayores volúmenes comercializados y el incremento de los márgenes de gas en Norteamérica. 
En el negocio de Gas & Power, el mayor volumen comercializado en EEUU, junto con la contención y reducción de gastos, impulsaron un 44% el resultado de las operaciones durante el pasado año hasta alcanzar los 269 millones. 
La fortaleza de los negocios y el éxito en la recuperación del valor y la inmediata monetización por la expropiada YPF permitieron abordar la adquisición de Talisman Energy (8.300 millones de dólares), con la que la sociedad duplicará su actividad en exploración y producción, según explicó Brufau. 
Tras la aprobación de la operación por la junta General de accionistas de Talisman el pasado 18 de febrero, la multinacional espera obtener los permisos y autorizaciones regulatorias necesarios para cerrar la transacción durante el segundo trimestre de 2015. 
Al cierre de 2014, la deuda del grupo se situó en su mínimo histórico, 1.935 millones que, junto con una liquidez acumulada de 9.844 millones de euros, lo que otorga a la compañía una posición privilegiada para afrontar una nueva etapa de crecimiento. 
 
FINANZAS. La situación financiera de la firma se vio reforzada por la «exitosa» gestión de la recuperación del valor de YPF, tanto en el acuerdo de compensación como en la monetización de los activos recibidos hasta la obtención de 5.000 millones de dólares. 
Tras la operación, Repsol distribuyó entre sus accionistas un dividendo extraordinario de un euro por acción, que sumado al ordinario, por un importe aproximado de otro euro, supuso un rendimiento del 12,6%, la mayor rentabilidad entre las grandes empresas de la industria en Europa.  
La compañía reiteró su intención de continuar en el futuro con su política de scrip dividend como fórmula de remuneración a los accionistas inversores.