«La bajada de impuestos es seña de identidad del Partido Popular. Si no lo hemos hecho antes era porque no se podía, pero si hay la mínima capacidad de actuación sería necesario. No hay margen para mucho, pero sí para algún gesto con los ciudadanos». Es la valoración de un dirigente del PP que resume el sentir general en las filas populares de Castilla y León, tal y como constató ayer este periódico a través de la consulta a un nutrido grupo de destacados miembros del partido con cargos de responsabilidad internos e institucionales. Todos coinciden en reclamar que el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, siga los pasos de sus homólogos de Castilla La Mancha y Extremadura, María Dolores de Cospedal y José Antonio Monago, y rebaje los tributos autonómicos. 

 

El aumento de los ingresos vía impuestos y transferencias del Gobierno, además de la llegada de más fondos (124,6 millones de euros) con la ampliación del plazo para la devolución de las liquidaciones negativas, dejan margen de maniobra para que Herrera pueda tomar la decisión de rebajar impuestos o destinar ese margen a aumentar el gasto en servicios públicos que han sufrido recortes durante los últimos años. 

 

«Herrera siempre ha demostrado un gran sentido de responsabilidad y no toma las decisiones con carácter electoralista», destacan en el seno del PP, «por lo que si decide la rebaja de los impuestos, será meditada».

 

Cambio de tendencia. «Lo cierto es que ha cambiado la tendencia y con ello ya no tenemos que preguntarnos de dónde se puede recortar sino a dónde se pueden destinar más recursos. Eso ha sido gracias a la austeridad de los últimos años y al esfuerzo de todos los ciudadanos», recuerdan distintos dirigentes consultados por este periódico. 

 

«Sería partidario de una rebaja de impuestos siempre que fuera posible y que estuvieran garantizados los servicios públicos esenciales en buenas condiciones», destaca otro alto representante del PP.

 

Algunos dirigentes populares no sólo se limitan a la Junta y, vistos los pasos mostrados por el Gobierno con su reforma fiscal, apuestan por extender la rebaja al resto de las instituciones donde gobierna el  PP.

La pelota está en el tejado de Juan Vicente Herrera, que a lo largo de su trayectoria al frente del Ejecutivo regional ha mostrado siempre su independencia en materia fiscal respecto a otras comunidades gobernadas por el PP. De hecho fue la última en la que se implantó un impuesto propio (lo hizo en 2012 con el céntimo sanitario de la gasolina) ni subió los tramos del IRPF en los momentos de falta de ingresos. 

 

Durante este tiempo, más que rebajas lineales, la Junta se ha decantado por la implantación de incentivos fiscales, sobre todo los dirigidos a las familias, como recuerdan los dirigentes del PP, y ésta podría volver a ser la vía que emplee también de cara a 2015. 

 

El céntimo sanitario es uno de los impuestos más impopulares y que más contestación social ha recibido, por lo que distintos cargos públicos populares apuntan a este tributo como el principal blanco del cambio fiscal. «Lo lógico sería revertir medidas que se han aplicado para hacer frente a la crisis», sostienen.

 Lo que parece poco probable es una bajada lineal de tipos en el Impuesto sobre la Renta. Ya lo advirtió el propio portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, tras conocer la decisión de Cospedal: «Castilla y León no va a participar en una carrera en la rebaja del IRPF».

 

La consejera de Hacienda, Pilar del Olmo, expresó con cautelas en el debate para fijar el techo de gasto de 2015 la posibilidad de una rebaja impositiva. «Compartimos con el Gobierno central la oportunidad de rebajas impositivas para mejorar el consumo de las familias y la actividad empresarial y con ello fortalecer el crecimiento económico», dijo. Si bien antes precisó que aunque el escenario mejora la Junta «no ha caído en la tentación de dibujar ingresos inalcanzables, ni baraja renuncias imposibles».  

 

Antes de que termine septiembre se podrían saber las líneas de  la bajada de impuestos con el comienzo de la tramitación de la Ley de Acompañamiento a los Presupuestos Generales de la Comunidad de 2015, aunque el detalle y el impacto, si se produce, se conocerían en la presentación de las cuentas del año que viene, en torno al 15 de octubre.