El desplome bursátil y la incertidumbre sobre la economía china está provocando un ‘efecto contagio’ en casi todos los países. Aunque de momento el seismo afecta sobre todo a los mercados de capitales, el temblor llega a las empresas castellanas y leonesas que exportan sus productos al gigante asiático.
Justo en el momento en el que las exportaciones a China desde la Comunidad remontaban las malas cifras producidas en 2013 y 2014, años en los que había descendido más de un 60 por ciento, las dudas económicas en el país asiático pueden frenar en seco las aspiraciones de iniciar una nueva remontada. En los cinco primeros meses del año el crecimiento de las ventas de empresas castellanas y leonesas a China fue del 73,77 por ciento, con una cifra global de negocio cercana a los 46 millones de euros, según los últimos datos disponibles por la Dirección Territorial del ICEX en Castilla y León.
Ahora habrá que esperar la evolución de la economía china para ver cómo actúa sobre el comercio exterior. «Afectar tiene que afectar porque las devaluaciones del yuan suponen un empobrecimiento de los ciudadanos y del país, por lo que habrá menos potencial de compra», advierte Ignacio Ruiz Miguel, director del departamento de Internacionalización de la Cámara de Comercio de Burgos. Aunque reconoce que aún no ha habido consultas por parte de exportadores preocupados, sí se muestra inquieto por «empresas pequeñas, especialmente bodegas» que puedan sufrir las consecuencias.
El potencial de la economía china, una de las mayores del mundo y con mayor crecimiento durante las últimas décadas, ha provocado que numerosas empresas de la Comunidad hayan buscado hacerse un hueco en el gran mercado asiático. De esta forma, las exportaciones pasaron de los apenas 30 millones de euros en el año 2005 hasta los más de 188 millones que alcanzaron las ventas en el año 2012, lo que supone un incremento del 610 por ciento en tan sólo siete años.
La automoción, la industria agroalimentaria y los productos farmacéuticos son los principales exportadores desde Castilla y León hacia el gigante asiático, cuyas transacciones se realizan de forma masiva en euros, por lo que no afectaría la devaluación del yuan a la actividad comercial.
Ruiz Miguel asegura que las grandes empresas, como Campofrío o Renault, podrían sentir el temblor de la economía china, pero disponen de recursos suficientes para aguantar el chaparrón y resistir esta crisis hasta que el gobierno chino encuentre las medidas que permitan a su economía continuar su rumbo.
Finalmente, los expertos ponen de manifiesto que en ocasiones las ventas a Hong Kong, territorio que pertenece a China a pesar de tener sus propias aduanas y donde casi no se pagan aranceles, son una puerta de entrada a Asia de mercancías, que luego acaban legal o ilegalmente en el mercado chino. Las exportaciones a Hong Kong han crecido todos los años, incluido entre 2012 y 2014. De enero a mayo de este año rondaba el 70 por ciento.