Urdangarín ingresa en la prisión abulense de Brieva

SPC
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El marido de la Infanta Cristina entra en una cárcel situada a 10 kilómetros de la capital en la que actualmente cumplen condena 95 internas, en el mismo módulo aislado en que estuvo Roldán

Tranquilo y con un trato educado hacia los funcionarios que se encontraban en pleno cambio de turno de las 08,00 horas de la mañana. Así ingresó ayer el exduque de Palma Iñaki Urdangarín en el Centro Penitenciario de Brieva (Ávila). Una prisión, ocupada en su mayoría por mujeres y ubicada a menos de 10 kilómetros de la capital, en la que entró sin apenas presencia mediática para ocupar el mismo módulo aislado en el que ya estuvo el que fuera director general de la Guardia Civil Luis Roldán y para cumplir la condena de cinco años y 10 meses que le impuso el Tribunal Supremo por el caso Nóos. 

Urdangarín accedió a la cárcel en un furgón oscuro por la puerta principal, a través de la cual se cruza por unas grandes puertas correderas y posteriormente una barrera que se levanta una vez recibida la autorización. Ya en el interior del recinto penitenciario, y coincidiendo con el relevo de los funcionarios, cumplió con los trámites habituales de entrada por los que pasan todas las reclusas en este centro, que cuenta en la actualidad con 95 internas y algo más de un centenar de funcionarios.

Durante la jornada le tendrá que ver un médico, un psicólogo, una trabajadora social y una educadora, antes de poder ingresar al único departamento de hombres del que consta la cárcel. Allí estaba previsto que tomara su primer menú, compuesto por judías pintas, pescado y yogur. Comienza así el que será su día a día en los próximos años y que estará regido por horarios fijos para levantarse, las tres comidas diarias y las salidas al patio. Todo ello sin la compañía de compañeros.