Don Carnal deja paso a Doña Cuaresma. O lo que es lo mismo. El entierro de la sardina escenificó ayer el final del carnaval vallisoletano. Han sido cinco días de actividades, música y disfraces que han llenado de color y vida las calles de la capital. La fiesta, que comenzó el pasado viernes, concluyó ayer con un pasacalles organizado por Kull d’Sac y en el que intervino La Torzida-Asociación Cultural Sambadouro. El entierro de la Sardina, que congregó a un buen número de vallisoletanos, recorrió las principales calles de la zona centro. Arrancó poco después de las 21 horas en la Plaza Portugalete para concluir en la Plaza Mayor con un espectáculo pirotécnico que puso el broche de oro a unas fiestas concurridas.