Los grupos municipales solo podrán utilizar el Salón de Plenos y el de Recepciones, el balcón del Ayuntamiento y la sala de Comisiones previa comunicación a Alcaldía y con el conocimiento del resto de los partidos. Esta es la instrucción que ayer les envió el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, para así regular el uso «político» de estos espacios institucionales.
Esta medida se adopta desde Alcaldía después de que el miércoles el alcalde desautorizara una foto en la mesa presidencial del Salón de Plenos del portavoz del PSOE, de la portavoz de VTLPy concejala de Medio Ambiente, junto a otra compañera de grupo y los tres concejales de Sí se Puede junto con los trabajadores afectados por el ERE que la empresa Coca-Cola ha presentado en su factoría de Fuenlabrada. También los portavoces de los dos partidos que integran el equipo de Gobierno se disculparon por esa instantánea tras el malestar que expresó el PP por «el uso político de un espacio institucional».
Unas disculpas que también transmitió ayer el alcalde al presidente del Grupo Municipal Popular, José Antonio Martínez Bermejo, que previamente le había enviado una carta dónde le preguntaba si conocía la foto y la había autorizado. «El Salón de Plenos tiene un valor institucional para los ciudadanos con independencia de las reivindicaciones que quiera apoyar cada partido», apunta Bermejo. «Nos parece bien regular el uso de las dependencias institucionales y pensamos que este tipo de reivindicaciones se pueden realizar en otro sitio», matizó. El popular también expresó su sorpresa por «la atención prestada a una reivindicación de fuera de Valladolid».
apoyo trabajadores. Por su parte, desde el grupo de Sí se Puede no se oponen a esta nueva regulación del uso de los espacios municipales pero aseguran no entender «que haya que regular el uso de espacios donde está la legítima soberanía de la ciudadanía», según asegura su portavoz, Charo Chávez. Defienden que «el Ayuntamiento, como centro de la soberanía municipal, es y debe ser la casa de todos los ciudadanos y ciudadanas y tener las puertas realmente abiertas, no sólo de boquilla».