El PSOE afloja la presión sobre Susana Díaz para que dimita

SPC
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La dirección socialista muesta ahora su apoyo a la sevillana, aunque pierda el poder, pero le reclama la renovación del partido, mientras la candidata estudia presentarse a la investidura

El PSOE afloja la presión sobre Susana Díaz para que dimita - Foto: Julio Muñoz

El mensaje de la cúpula del PSOE sobre la debacle de Susana Díaz en las elecciones andaluzas ha virado en solo 24 horas. Ferraz dio ayer marcha atrás -por ahora- a la exigencia de que la sevillana dimita en caso de perder la Presidencia de la Junta de Andalucía, una circunstancia que aún no se ha producido, ya que, a pesar de que el bloque de derecha suma mayoría absoluta (59 escaños) las negociaciones para un posible pacto todavía no han comenzado. De hecho, la candidata socialista sigue estudiando si, como fuerza más votada en las urnas, se presentará a liderar el Ejecutivo.

El encargado de aplacar los ánimos fue José Luis Ábalos, el mismo que un día antes había enseñado la puerta de salida a su compañera de filas. Según el secretario de Organización, todo fue una «mala interpretación» de sus palabras por parte de los medios, ya que, tal y como enfatizó, Díaz cuenta con todo el «apoyo» y «confianza» del PSOE nacional para liderar una solución de gobernabilidad en Andalucía. «En ningún caso yo planteo dimisiones de nadie ni voy a pedir el adiós de nadie», afirmó en una rueda de prensa en Ferraz, donde la ejecutiva federal, encabezada por el secretario general del partido y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, analizó los resultados del pasado domingo.

Por si no hubiera quedado suficientemente claro, y para evitar una nueva «mala interpretación», el número tres del PSOE volvió a cerrar la puerta a la posible salida de la dirigente regional, al ser cuestionado directamente sobre si él creía que la sevillana debía presentar su dimisión y dejar la formación autonómica en manos de una gestora: «No rotundo, porque ni es conveniente, ni necesario, ni justificado, ni además es nuestro estilo».

A ese respecto, llamó a los socialistas andaluces a «reforzar el proyecto, integrando nuevas realidades, expectativas y demandas de la gente» porque así lo han expresado los votantes en las urnas. Un proceso de renovación que debe hacerse «a través de los cauces de la formación».

En su análisis de la debacle en las elecciones, la ejecutiva de Pedro Sánchez concluyó que no ha habido un elemento definitivo, sino diferentes razones, entre las cuales destacan la caída de la participación y de la «motivación» de los simpatizantes del PSOE. «Lo que hay que preguntarse es por qué no llegamos al 50 por ciento de participación y por qué no hemos conseguido movilizar a un electorado de izquierdas para hacer frente a la ofensiva de la derecha», se plantean los socialistas, según explicó Ábalos.

En este sentido, Ferraz rechaza que la relación política de Sánchez con los independentistas catalanes haya dado votos a la derecha: «No es una cuestión de Cataluña, también oímos lo de filoetarra y podría ser por el País Vasco también, porque todo forma parte del mismo guiso para alimentar el hecho identitario del nacionalismo español», argumentó el secretario de Organización.

«Tono cariñoso». Poco antes de que la dirección plegase velas y rebajase el tono contra Díaz, la propia presidenta en funciones de la Junta aclaró que se sentía arropada por su partido y, especialmente, por el líder de los socialistas, quien fuera, además, su rival en las primarias del partido. A pesar de aquel enfrentamiento, reveló que después de las elecciones autonómicas, ambos mantuvieron una conversación en «tono cariñoso» en la que el madrileño le recordó que le tenía «ahí para lo que hiciera falta».

 En cuanto a su posible salida de la dirección regional de la formación, la candidata dejó claro que si hubiera perdido los comicios, se habría ido a su casa y nadie se lo habría tenido que pedir, pero hizo hincapié en que su partido fue el más votado y tuvo el respaldo de más de un millón de andaluces.

Sobre la posibilidad de presentarse a la investidura, señaló que para eso está trabajando, porque ha ganado las elecciones y su «responsabilidad» es hablar con el resto de fuerzas políticas, menos con un partido de extrema derecha como es VOX, que no cree en la autonomía de Andalucía. «Ahora quiero saber dónde están los constitucionalistas», enfatizó.