Cada 27 de septiembre los mayorganos se reúnen a partir de las 22.00 horas en la ermita de Santo Toribio ataviados con ropas viejas, guantes y sombreros, de tal manera que no quede ningún hueco de piel al descubierto para evitar quemaduras, y luego los vecinos llevan a cabo un amplio recorrido por todo el pueblo. La tradición data de septiembre de 1752.