Un juez federal argentino desestimó ayer la denuncia presentada por el difunto fiscal Alberto Nisman contra la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y otros altos cargos del Gobierno por el presunto encubrimiento de los responsables del atentado contra la AMIA en 1994.
Nisman había acusado a la mandataria y a otros dirigentes como el ministro de Exteriores, Héctor Timerman, el pasado 14 de enero, cuatro días antes de que apareciese muerto en su vivienda de Buenos Aires en extrañas circunstancias.
Así, el juez Daniel Rafecas determinó que no se dan los elementos necesarios para que prospere la querella, lo que también supone descartar la solicitud de imputación presentada este mes por el fiscal Gerardo Pollicita. «No hay una sola prueba, siquiera indiciaria, que apunte a la actual jefa de Estado», explicó.
El atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) tuvo lugar el 18 de julio de 1994 en Buenos Aires y se saldó con 85 muertos y 300 heridos, convirtiéndose así en el mayor ataque terrorista perpetrado hasta la fecha en suelo argentino.
Nisman denunció «la existencia de un pacto delictivo destinado a dotar de impunidad a los imputados de nacionalidad iraní». Según alegó el fiscal, el Gobierno de Fernández de Kirchner negoció con la República Islámica un acuerdo por el cual se comprometía a diluir las acusaciones a cambio de un canje de petróleo por granos.
El supuesto plan de la Casa Rosada consistía en acusar a células locales del atentado para desviar las sospechas del exministro de Inteligencia Ali Fallahijan, el exministro de Defensa Ahmad Vahidi, el exjefe de la Guardia Revolucionaria Mohsen Rezai, el exagregado cultural de la Embajada Mohsen Rabbani y el extercer secretario de la Embajada Ahmad Reza Asghari.
«La decisión deliberada de encubrir a los imputados de origen iraní (...) fue tomada por la cabeza del Poder Ejecutivo, Cristina Fernández de Kirchner, e instrumentada principalmente por el ministro de Exteriores, Héctor Timerman», sostuvo.
CAPITANICH. Mientras, la mandataria llevó a cabo un amplio cambio en su Ejecutivo y nombró colaboradores cercanos en cargos claves, apenas unos días antes de celebrar la última Asamblea Legislativa de su mandato, que finaliza el próximo diciembre.
De esta forma, desplazó a Jorge Capitanich de la Jefatura de Gabinete y nombró en su lugar al secretario general de la Presidencia Aníbal Fernández, quien ya había ocupado el puesto entre 2009 y 2011. Además, en la Secretaría General de la Presidencia nombró al diputado Eduardo de Pedro, dirigente de la agrupación La Cámpora, fundada por su hijo, Máximo Kirchner, que mantiene una estrecha relación con ella.
También dejará su cargo el ministro de Salud, Juan Manzur, quien será sucedido por Daniel Gollán, hasta entonces secretario de Salud Comunitaria.
Los nuevos funcionarios prestaron juramento en un acto en la Casa Rosada, tal y como informó el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro.