Una vallisoletana escapa del piso en el que la prostituían en Alemania

A. G. Mozo
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La joven de 27 años viajó con dos hombres y una mujer a Lüdenscheid · Al llegar le quitaron la documentación y le obligaron a prostituirse · La Policía ya ha detenido a uno de los proxenetas · El rapto duró una semana

El sueño de un futuro mejor se convirtió en pesadilla. En solo unas horas, se pasó de la felicidad por un viaje con el que empezar una nueva vida a las lágrimas. Solo fue una semana, pero fue la más dramática de su vida. Amenazas, golpes y la humillación de tener que vender su cuerpo en contra de su voluntad. Incluso, estuvieron a punto de obligarla a casarse con uno de los proxenetas. Por suerte, aprovechó un descuido de sus captores para escapar. Ahora, solo dos semanas después de su fuga, la Policía ya ha detenido a uno de los tres proxenetas, así como a dos presuntos compinches.

 

La historia, repetida mil veces con jóvenes de Europa del Este que llegan a España engañadas, la protagoniza en esta ocasión una joven vallisoletana. A sus 27 años, ella no tenía trabajo y junto a tres (simples) conocidos se embarcó en una trágica aventura. Viajaría con ellos -una pareja rumana y un búlgaro- a Alemania en busca de trabajo. Lo que no se imaginaba ella es que sus tres compañeros de viaje tenían otros planes. Al llegar a su destino, Lüdenscheid (una ciudad situada en Westfalia, en el oeste germano), uno de ellos le arrebató su documentación y su teléfono móvil y le explicó que, a partir de ese instante, no podría abandonar ese piso, en el que iba a ejercer la prostitución, dándoles a ellos toda la recaudación. Era el día 7 de enero.
 

 

Amenazada. La joven no sabía alemán, no tenía documentación y... sucumbió a las amenazas de los tres proxenetas. Y comenzó a prostituirse para ellos.

 

Solo unos días después, la cosa aún empeoró más para la joven vallisoletana, cuando uno de sus raptores tuvo «un problema con las autoridades alemanas» y se vio obligado a «pagar una fianza», por lo que otro de los compinches le dijo a la chica que debía casarse con un hombre «para obtener el dinero con que pagar la fianza». La joven se negó y la respuesta fue una paliza. La última, eso sí.

 

Días más tarde aprovechó un descuido de sus tres explotadores para recuperar su teléfono móvil, escapar del piso en el que la tenían retenida y contactar, primero, con las autoridades alemanas, que se encargaron de repatriarla. Era el día 14. Una vez en España, acudió a la Comisaría de Las Delicias para denunciar no solo la pesadilla que había vivido en Alemania, sino que estaba siendo amenazada por dos supuestos compinches de los proxenetas.
 

 

Dos compinches detenidos. La investigación de la Brigada Provincial de Extranjería llevó no solo a la detención de estas dos personas (dos jóvenes de 19 años, un rumano y un búlgaro), sino también a uno de los proxenetas (I.L.R., de 23 años), que cayó el pasado martes cuando regresó a España. Se le acusa de un delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual.