El jefe boliviano

M.B
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Juan Manuel Peña es aún hoy el extranjero que más temporadas ha jugado en el Real Valladolid, nueve desde enero de 1996 a junio de 2004. «Allí aprendí a tomar un buen vino, me culturicé», bromea el hoy agente y empresario

El jefe boliviano

Juan Manuel Peña sigue siendo el futbolista extranjero que más temporadas jugó en el Real Valladolid. Llegó en enero de 1996 y no se fue hasta el verano de 2004. «Me pusieron una cláusula imposible de pagar y eso ayudó a que me quedase tantos años», señala desde Santa Cruz de la Sierra, la localidad donde nació y donde reside actualmente: «Aunque todos los veranos voy a Benicassim, donde tengo casa».

Peña marcó una época en Valladolid. Jugó 249 partidos en Liga, todos en Primera División -curiosamente sin marcar un gol-; 19 en Copa del Rey;más 4 de la Copa de la UEFA. Llegó con 22 años, siendo ya internacional con Bolivia; y se fue con 31, ya como veterano asentado en una categoría que el Pucela perdió, precisamente, su última campaña aquí.

«Le tengo mucho cariño al club. Tengo amigos tanto relacionados con el fútbol como fuera. No sabía tomar un vino y allí aprendí; me culturicé», señala medio en serio medio en broma.

Juan Manuel Peña Montaño nació el 17 de enero de 1973 en Santa Cruz (Bolivia). Comenzó a jugar al fútbol con 8 años en la Academia Tahuichi Aguilera, pasando al Club Blooming, con el que debutó en el fútbol profesional en 1990: «Lo hice como lateral derecho». En 1993 fue fichado por el Independiente de Santa Fe de Colombia y allí jugó hasta 1995.

«En diciembre de ese año tuve una opción de ir ya para España. El Atlético de Madrid me quería pero al final contrató a Onopko», recuerda. Así, en enero de 1996, el Real Valladolid se puso en contacto con el Santa Fe y se lo trajo... se dice que por 1 millón de dólares. «Por entonces aquí se veía más la Liga italiana, aunque se estaba empezando a dar por televisión la española», añade. Y así se incorporó ese enero junto a Iván Campo, Sandy y Pavón... y Cantatore: «Cuando llegué no sabía nada del club. Solo pregunté si estaba en Primera, pero no tenía ni idea de que era último y que estaba a 7 u 8 puntos de la permanencia». Él jugó 18 encuentros y el Pucela se salvó.

«¿Frío? Yo venía de estar en verano, pero todo se supera con ganas e ilusión. Aparte que me encontré un gran vestuario. Al final hasta me acostumbré al frío», relata. Sobre el récord de ser el extranjero con más temporadas como blanquivioleta apunta que es «un orgullo». 

En 2004, tras el descenso a Segunda, Peña se fue al Villarreal, con el que llegó a jugar toda una semifinal de la Champions -en Valladolid debutó en la UEFA-. En 2007 se incorporó al Celta, para anunciar su retirada dos años después, en 2009. «Poco después me llamaron del DC United de la Major Soccer League de Estados Unidos, probé un mes y acabé jugando», matiza para retirarse de forma definitiva en febrero de 2011.

Internacional absoluto, llegó a jugar un Mundial (1994) y una Copa Confederaciones (1999); y es considerado uno de los mejores jugadores de su país de las últimas décadas. Al retirarse pasó al mundo empresarial fuera del fútbol, en el que sigue;y al de la representación de jugadores: «Empecé hace 6-7 años con futbolistas jóvenes y ya tenemos algunos en la selección de mayores y alguno en el exterior». 

En 2017, al acompañar a su hijo a diferentes partes del país a verle jugar al fútbol, se dio cuenta de las necesidades que tenían los más pequeños y creó una escuela de fútbol, Juan Manuel Peña Soccer School, en Santa Cruz, para enseñar este deporte a niños de entre 5 y 17 años.

Valladolid sigue en su corazón. Aquí estuvo nueve temporadas. Aquí tiene amigos. Y aquí sigue parte de su familia. Viene siempre que puede ya que aquí reside su hermana, Lizbeth.

Su hermana, Lizbeth, se quedó a vivir en Valladolid

Juan Manuel Peña no vino solo a Valladolid. El primer año que llegó el defensor, también lo hizo su hermana Lizbeth. Y ella se quedó. «Allí ahora tengo, además de amigos de dentro y fuera del fútbol, a familia política y sobrinos vallisoletanos», señala el boliviano. Cada verano vuelve a España, ya que tiene casa en Benicassim, aunque reconoce que lleva dos años sin estar en tierras castellanas. Eso sí, reconoce que es un placer volver y que aún le reconozca gente por la calle.