Los hoteles registran el mayor nivel de ocupación desde 2005

Óscar Fraile
-

El porcentaje medio de habitaciones con clientes en la capital se situó el año pasado en el 66,9 después de sumar seis ejercicios consecutivos de incremento

Bajan las pernoctaciones - Foto: Jonathan Tajes

Los hoteles de Valladolid viven un momento dulce. La recuperación económica, unida al incremento de turistas registrado en la capital en los últimos años han hecho que el pasado ejercicio se haya convertido en el mejor de la historia respecto al grado de ocupación de las habitaciones. Según los datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de estancias con clientes en los alojamientos turísticos de Valladolid entre enero y noviembre de 2018 fue del 66,9 por ciento, la cifra más alta desde que se empezaron a recopilar estos datos, en el año 2005. Además, se da la circunstancia de que estos negocios cumplen su sexto año consecutivo de incremento de la ocupación para pasar de una media del 45,3 por ciento en 2012 al 66,9 por ciento del año pasado. Esta estadística abarca todo tipos de alojamientos turísticos. Desde los hoteles a las pensiones, pasando por apartamentos turísticos, moteles, hostales, etcétera.


Si se tiene en cuenta toda la provincia, la evolución es muy similar. La media de ocupación del año pasado fue del 51,5 por ciento, el porcentaje más alto desde el año 2002, y también con seis ejercicios consecutivos de incremento.


Esta progresión tiene su base en una mejora de la coyuntura económica que ha propiciado un aumento de turistas. De hecho, Valladolid batió en 2017 el récord de visitantes, tanto en la capital como en la provincia, con 457.109 y 736.193 viajeros, respectivamente. Un registro que podría volverse a superar este año a expensas de que se publiquen los datos de diciembre. La capital necesita superar los 36.452 en este mes, y la provincia, los 48.811. 


Si se comparan los once meses de los que hay datos en 2018 con los mismos del año anterior, en la capital se ha registrado un mínimo descenso del 0,5 por ciento, sobre todo por la caída de visitantes extranjeros, ya que los nacionales aumentaron. Por el contrario, en toda la provincia se ha registrado una subida del 0,7 por ciento de turistas entre enero y noviembre, según los datos del INE.


La Encuesta de Ocupación Hotelera distingue entre el grado de ocupación por habitaciones y por plazas. En este segundo caso, tiene en cuenta la cifra de camas disponibles, y por eso el porcentaje suele ser más bajo, ya que siempre hay habitaciones dobles ocupadas por una sola persona. Respecto a este índice, la provincia presentó en 2018 un grado de ocupación medio del 42,8 por ciento, frente al 54,1 por ciento de la capital. Un porcentaje que se eleva al 56,2 y al 71,5 por ciento, respectivamente, si solo se tienen en cuenta los fines de semana.


Los datos también demuestran que la progresión está siendo mucho más complicada en la estancia media de los turistas. Uno de los objetivos de la Asociación Hoteles de Valladolid es llegar a los dos días por visitante, un registro que solo se ha alcanzado en algunos meses del año 2002. En los últimos ejercicios oscila entre los 1,6 y los 1,7 días, el mismo nivel del año pasado. La llegada del AVE a Valladolid en diciembre de 2007 facilitó a los turistas de la capital el regreso a casa en una hora y, en cierto modo, eso también contribuyó a que las visitas sean más fugaces.


Un aspecto importante si se tiene en cuenta que los madrileños siguen siendo el principal nicho de mercado del turismo de Valladolid al representar uno de cada cuatro. Otro 18,9 por ciento procede del resto de provincias de Castilla y León; el 10,7 por ciento, de Andalucía; y el 6,4 por ciento de Cataluña. Las comunidades que menos turistas aportan a Valladolid, aparte de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que están por debajo del 0,2 por ciento, son La Rioja, con el 0,8 por ciento; Baleares, con el 0,9 por ciento; Canarias, con el 1,1 por ciento; y Extremadura, con el 1,9 por ciento.


Más plazas, más empleo. Se podría pensar que el incremento del porcentaje de habitaciones ocupadas tiene que ver con un descenso de los alojamientos abiertos, pero los datos demuestran todo lo contrario. A finales del año pasado había 109 establecimientos hoteleros en la provincia, por los 123 actuales, mientras que las plazas en este periodo han subido de 7.809 a 8.193. Un dinamismo que ha provocado un tímido repunte del personal empleado: de 1.210 a 1.227 trabajadores. Todavía lejos de los más de 1.500 que había antes de la crisis.


En lo que se refiere a las pernoctaciones, tanto en la capital como en la provincia se han registrado incrementos si se compara el periodo de enero-noviembre del 2018 con el de 2017. En el primer caso, pasan de 718.500 a 728.407 y en el segundo, de 1.144.084 a 1.171.993.


La concejala de Turismo, Ana Redondo, considera que Valladolid está recogiendo el fruto del «buen trabajo» de los dos últimos años. «El récord de visitantes tiene que ver con el cambio de imagen de la ciudad, que ahora es más abierta y cosmopolita», señala. Redondo también destaca que la capital tiene «al menos un evento al mes» que pone a Valladolid «en el mapa internacional». Además, la concejala destaca el trabajo de los profesionales de la Sociedad Mixta de Turismo, el sector hotelero y las administraciones. En este punto destaca la labor coordinada entre concejalías y con la Diputación de Valladolid para atraer a la capital a visitantes interesados en el enoturismo. Por último, alaba el «magnífico» trabajo de Alberto Bustos al frente de la Concejalía de Deportes, al traer a Valladolid campeonatos deportivos que arrastran muchos deportistas y familiares.


El presidente de la asociación Hoteles de Valladolid, Francisco Posada, confirma la tendencia positiva en la ocupación de los últimos años, pero mira con recelo las cifras que ofrece el INE respecto a hace cinco y seis años, porque considera que la ocupación real que había en los hoteles era más alta. «Estamos en un buen momento porque cada vez vienen más visitantes a Valladolid», dice. Además, según él, desde 2016 España se ha beneficiado del desvío de turismo que han perdido algunos países que están en situación de conflictividad.


La época del año también es muy importante. Ahora estos negocios entran en temporada baja, que suele prolongarse desde que acaba Pingüinos hasta que llega Semana Santa.


Por su parte, el presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Valladolid, Luis Chico, también sostiene que en los alojamientos de la provincia se ha notado un «importante» crecimiento en los últimos años. «Casi todos nuestros asociados nos dicen que nos estamos recuperando, sobre todo desde hace tres años, en los que hemos incidido en campañas para atraer a visitantes de otras provincias de Castilla y León, de Madrid y de País Vasco.


Con todo, asegura que «muy poca gente» sigue viviendo exclusivamente del turismo rural porque, en la mayoría de los casos, se trata de una segunda fuente de ingresos para personas que tienen otra actividad principal. Además, Chico destaca que, aunque Valladolid es la provincia de Castilla y León con menos casas rurales, es la que más crece porque «está unificando criterios en aportar experiencias que van más allá de alojamiento». Según él, este buen momento se traduce, sobre todo, en reservas que se hacen con más antelación. «Hace unos años se reservaba para la misma semana y ahora yo ya tengo ocupada Semana Santa», concluye.