La acusada de matar a dos ciclistas achaca su positivo a la ingesta de un elixir naturópata tras el atropello

Europa Press
-

La joven, que niega que fuese ebria, no se explica qué le pasó para no ver a las víctimas, salvo que se durmiera «un instante» · Dice que solo tomó el elixir con propiedades tranquilizantes

La joven Laura S.G., conductora del turismo que la mañana del 28 de julio de 2013 embistió por detrás a dos ciclistas en el término de Aguasal y causó la muerte de ambos prácticamente en el acto, justificó ayer su positivo en alcohol en un elixir naturópata que, según ella, ingirió nada más ocurrir el siniestro con el fin de tranquilizarse. Precisamente, la ingesta del referido tranquilizante y si la imputada, vecina de Íscar y camarera de un bar de Olmedo, llegó a dormir unas horas esa noche antes de acudir a su trabajo, como así ella sostiene, acapararon buena parte de las preguntas de las partes en la primera jornada del juicio iniciado en el Juzgado de lo Penal número 3 de Valladolid, centrada en la prueba testifical a la espera de las periciales previstas para el día 18 de febrero.

 

En su declaración, Laura S.G., de 26 años, explicó que la noche anterior al accidente estuvo trabajando en el bar en Olmedo hasta las 23.30 horas y que se vio obligada a volver a Íscar en el Ford Focus (el vehículo implicado en el atropello) que le prestó su jefe y expareja debido a una avería en el suyo.
Una vez de vuelta en Íscar, que celebraba la coronación de las reinas de sus fiestas, se encontró con unas amigas y estuvo con ellas de juerga y, aunque era abstemia, decidió tomarse dos o tres cubatas tras advertirle una prima que su jefe y exnovio se había presentado en la villa con su nueva pareja.

 

«En mi pueblo con otra». «Me sentó fatal porque pensaba volver con él. Me pillé un gran rebote y me dije: ¡Que le den!, ya que había ido a mi pueblo con otra chica», recordó la procesada, quien apostilló que no le dio ni siquiera tiempo a acabar la tercera copa puesto que en ese mismo momento, pasadas las 5.30 horas, optó por marcharse a casa para dormir y descansar un poco antes de regresar al día siguiente a su trabajo.

 

Fue en el trayecto hasta el bar de Olmedo cuando sobre las 10.15 horas, a la altura del kilómetro 82,894 de la carretera CL-602 Toro-Cuéllar, en Aguasal, entre Íscar y Pedrajas, embistió mortalmente a dos ciclistas de 33 años y vecinos de esta última localidad, Sergio G.H. y Diego G.C, quienes circulaban por el arcén y cuyos cuerpos quedaron inermes en el asfalto.

 

La autora aseguró que esa mañana circulaba a una velocidad normal -la vía estaba limitada a 90 kilómetros hora- pero que se hallaba anímicamente mal por el episodio de la noche anterior con su expareja y porque pensaba que podía encontrárselo de nuevo en el bar en breves minutos. Sabe que adelantó a un vehículo en el trayecto y a partir de entonces asegura que no fue consciente de más hasta que sintió impacto con algún obstáculo.

 

«Exactamente no sé lo que me pudo pasar, puede que me durmiera un instante», alegó la joven, quien detuvo el turismo como pudo ya que saltó la luna delantera y los airbag. Descubrió que había atropellado a dos ciclistas al salir del vehículo y al ser advertida de ello por una de las ocupantes de otro turismo que había parado en el escenario del accidente.

 

Aunque en la prueba de alcoholemia arrojó tasas de 0,80 y 072 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, Laura S.G. atribuyó el positivo a un ‘Elixir de Urgencia’ que, según mantiene, recogió del bolso en el coche, una vez ocurrida la tragedia, y que acostumbraba a tomar desde su ruptura sentimental sufrida tres meses antes. Pese a que el prospecto aconsejaba diluir cuatro gotas en agua, la joven asegura que se tomó todo el contenido, unos 30 mililitros con un 40 por ciento de alcohol, porque «estaba histérica, atacada de los nervios» y lo único que quería era calmarse.

 

Lo llamativo del caso es que la acusada no hizo mención alguna al elixir y sólo alegó haberlo ingerido dos meses después del siniestro, algo que la aludida justifica en el estado de confusión de ese día. De hecho, Laura aseguró que no se acordó de ello hasta salir de prisión y, ya en casa, volcar sobre la cama el bolso que le había dado a su ex y descubrir entre sus pertenencias el frasco vacío del tranquilizante.
En su favor declaró su todavía jefe y exnovio, Óscar S.A., quien, con algunas contradicciones y evidente nerviosismo, confirmó que al personarse en el lugar del siniestro llegó a ver a la joven ingerir el elixir.
 En cambio, una testigo del accidente afirmó que no vio que la chica tomase ningún elixir. Y dos jóvenes iscarienses declararon que esa mañana, sobre las 9.30, la vieron aparcar con escasa pericia el Ford Focus. «Había más que hueco y tuvo que realizar numerosas maniobras hasta que al final aparcó sobre la acera». «Iba con el vestido oscuro y de fiesta de la noche anterior, como si no hubiera dormido, y parecía que iba bebida».
 

«Olía a alcohol». Por su parte, uno de los agentes de la Guardia Civil Tráfico que acudió al lugar del siniestro y que trasladó a la acusada a los calabozos en dijo que «olía de forma evidente a alcohol» y que «tenía halitosis alcohólica, estaba muy cansada y se le cerraban los ojos».

 

El juicio prosigue el próximo 18 de febrero con la prueba pericial. El fiscal y el letrado que representa a las familias piden para ella cuatro años de prisión y seis sin carné de conducir.