El descenso de clientes motiva el cierre de la mitad de los locales de alterne de Valladolid

M. Rodríguez
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El estudio de la Asociación de Ayuda al Drogodependiente constata que la crisis ha rebajado la demanda de estos servicios y por tanto el número de prostitutas en Valladolid · La mayoría trabaja en pisos particulares

El negocio del sexo ha dejado de ser rentable en Valladolid. En 2006, un estudio estimaba que este sector movía unos 28 millones de euros anuales pero la crisis ha provocado que la mitad de los locales de alterne de la capital hayan cerrado y también que el 50 por ciento de las prostitutas censadas hace ocho años hayan dejado atrás este oficio.

La radiografía que presentó ayer la Asociación de Ayuda al Drogodependiente (Aclad) de la prostitución en Valladolid revela que casi la mitad de las 200 meretrices que ejercen actualmente lo hacen en pisos, cuando hace unos años la tendencia era prestar sus servicios en los distintos clubes y locales distribuidos por la capital y el alfoz.

Estos pisos se localizan indistintamente por todos los barrios de la capital, aunque también se utilizan casas molineras y chalés. Las mujeres que trabajan  en estos espacios suelen tener entre 33 y 40 años, y muchas de ellas también se alojan hacinadas en alguna de las habitaciones de estas viviendas.

Y es que al contrario que en la década de los ochenta y los noventa, la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución en Valladolid son extranjeras. Aunque uno de los datos más llamativos del estudio es que el 60 por ciento de ellas no tenía ninguna intención de ejercer este trabajo cuando llegó a España, según aseguró  José Manuel Martín, técnico de Aclad responsable del estudio.

Para conocer la situación real del sector se realizaron 89 encuestas  que han permitido realizar un perfil muy definido de los trabajadores del sexo en Valladolid. La gran mayoría son mujeres con una edad media de 35 años, de origen extranjero y con hijos a su cargo. Entre las conclusiones destaca que un alto porcentaje se encuentra en situación legal porque son ciudadanas comunitarias, sobre todo procedentes de Rumania, que salvo en un caso concreto no han sido obligadas a prostituirse.

Eso sí, un 44,9 por ciento afirma conocer casos de compañeras que han sido obligadas a prestar servicios sexuales y un 23,8 por ciento también asegura que hay  casos de menores que han ejercido la prostitución. «No se han localizado menores cuando hemos realizado el estudio, pero si hubiera posiblemente no hubieramos tenido acceso a ellas», asegura Martín.

Servicios. En las encuestas también se constata los efectos de la crisis en las propias trabajadoras, que han visto como en los últimos años como la media de servicios se reducía de seis al día a tan sólo tres. La pérdida de clientes también ha motivado un descenso en el precio medio que se cobra, que ha pasado 40 euros por un servicio de entre 20 y 30 minutos a los menos de 30 euros que se estipulan actualmente.

La mayoría realiza jornadas de más de 12 horas, que les pueden suponer unos ingresos mensuales de 1.777 euros, concentradas en los horarios de tarde y noche. Así, los diez clubes que actualmente hay en la capital abren sus puertas sobre las 18 horas y se mantienen activos hasta las 5 de la madrugada, un horario que se extiende los fines de semana. Por contra, las 24 o 30 prostitutas que ejercen en la carretera de Renedo se distribuyen en turnos de mañana, tarde y noche, aunque la hora de máxima afluencia se concentra entre las 20 horas y la medianoche.

Las meretrices que trabajan en la calle se concentran en la zona del apeadero de la Universidad y el cruce con la carretera de Renedo. Los servicios que ofrecen se realizan en los vehículos de los clientes, que se aparcan junto a unas naves cercanas. La mayoría de las mujeres son rumanas, pero también hay nigerianas y dos españolas.

Violencia. Otro de los problemas detectados en el estudio es el incremento de la violencia de género dentro de la pareja  o por parte de sus proxenetas, aunque ha disminuido la ejercida por los clientes. Las encuestas también reflejan que casi uno de cada tres clientes sigue negándose a usar el preservativo y que un 58,4% opta por prácticas sexuales de riesgo.

Evolución del sector de la prostitución en Valladolid desde 1987

• Primer estudio. En 1987 el Servicio de Información de la mujer Jorge Guillén realizó el primer estudio sobre el estado de las mujeres que ejercían la prostitución en Valladolid. En aquel momento se censaron entre 300 y 400 prostitutas, que trabajaban principalmente en la calle, ya que todavía no existía la prostitución de lujo ni las grandes redes del sector. El estudio establecía dos grupos de trabajadoras del sexo. Uno formado por mujeres de entre 18 y 23 años, que trabajaban en la carretera de Circunvalación y dedicaban estos ingresos a pagar su consumo de drogas. El otro grupo estaba integrado por 12 mujeres entre 47 y 50 años, que ofrecían sus servicios en el centro, ya que la mayoría eran antiguas profesionales de la calle Padilla. En ese año se relacionó, además, un listado de 70 lugares donde se ejercía la prostitución en Valladolid: 15 casas de citas, 32 barras americanas y 24 clubes de carreteras. En aquel momento también se determinó que la edad media de los clientes era de entre 30 y 55 años.

• 1997. La situación de la prostitución cambió radicalmente diez años después del primer estudio. En este momento desaparecieron las meretrices del centro pero se disparó el número de las que optaban por ejercer en la carretera de Circunvalación, donde se registraban unas 70 al día, sobre todo para pagarse el consumo de droga. En ese año había unas cuarenta casas de citas en la capital, pero también aparecieron whiskerias-barras americanas con habitaciones. En total había unas 325 prostitutas en Valladolid y el precio medio de los servicios era de 30 euros y era frecuente la presencia de los ‘chulos’.

• 2006. Este año Aclad realiza el estudio más exhaustivo de todos los realizados hasta el momento. Se comprobó que entre 360 y 440 mujeres trabajaban en este sector tanto en pisos, como en clubes y en la calle. También calculó que había una media diaria de 2.000 hombres que pagaban 39 euros por algún servicio al día de entre  20 y 30 minutos. Esto suponía que el sector movía en la provincia más de 94.000 euros al día y cerca de 28 millones de euros al año. En ese momento el 75 por ciento de las prostitutas ya era de procedencia extranjera, aunque eran las españolas las que mayoritariamente trabajaban en la calle por su drogodependencia. Todas, según la encuesta, optaron por este opción porque la mayoría no encontró otro trabajo donde ingresar cantidades económicas como las que conseguía con la prostitución, aunque en ese momento el cuatro por ciento ejercía la prostitución por coacciones.

• 2014. En la radiografía más actual que ha realizado Aclad se limita la prostitución de calle a la carretera de Renedo y a la zona de Campo Grande y de la estación de autobuses, que es donde se concentra la prostitución masculina, que supone un porcentaje mínimo del negocio del sexo en la capital. En el caso de la prestación de servicios sexuales entre hombres las negociaciones y las relaciones se realizan de una forma «discreta» y rozan la invisibilidad. La mayoría de los hombres que la ejerce tiene escasos recursos y son usuarios incluso del albergue de indomiciliados.