Mayte Martínez ya ha estado en dos Juegos Olímpicos. De los vallisoletanos con opciones de llegar a Londres es la única que continúa en activo después de saborear una Villa olímpica y una cita de este calado. Lleva casi dos años sin ponerse las zapatillas por varias lesiones, pero la de Santovenia siempre se ha caracterizado por luchar contra los elementos, por sufrir al máximo y superar todas las dificultades que le pone la vida por delante. Ahora, a punto de regresar a la competición, ve Londres como una posibilidad más que real.

Quedan menos de 100 días para Londres, ¿en qué momento de la temporada se encuentra?

Estoy entrenando bien, cada vez mejor. He hecho entrenamientos que, si bien están lejos de ser de calidad, progresivamente los saltos de semana a semana van siendo importantes. Soy todavía cauta porque queda poco tiempo y a mí me queda mucho entrenamiento, pero es verdad que ya empiezo a hacer atletismo, no lo que hacía hasta ahora. Es cierto que, cuando hago un entrenamiento más fuerte, termino con la rodilla algo inflamada, pero creo que es algo ya normal y tengo que intentar terminar la temporada aunque tenga molestias.

¿Ya ha superado todas sus dolencias o ya convive con ellas?

Más bien lo segundo. La cirugía del rotuliano está bien, no me ha vuelto a dar guerra; pero es verdad que el punto de entrada de la artroscopia es lo que a veces se me inflama. Hay días que tengo molestias y que parece que al día siguiente voy a correr peor, pero una vez que me pongo a calentar me deja entrenar perfectamente. Soy dolores que, de momento, me permiten entrenar. Hago pesas, llevo un par de semanas haciendo saltos, técnica de carrera… voy aumentando los días de entrenamiento, con más intensidad y kilómetros y voy pudiendo con ello.

¿Sueña con Londres o con volver a correr?

Por soñar, sueño con Londres. Pero sé que a día de hoy está difícil, está lejano; y por eso mi principal objetivo es ir pasito a pasito. No puedo pensar en Londres cuando todavía estoy haciendo un atletismo de andar por casa. Por eso, tengo que empezar la casa por los cimientos y plantearme de momento objetivos y retos asumibles. Pero en todo momento tengo Londres en la cabeza. Si no hubiese tenido ese objetivo, no me hubiese sometido a la presión que tengo ahora. Sé de donde vengo y sé que es algo difícil estar allí, pero no imposible.

Este año tiene un final, que es Londres, pero hay Europeo, Nacional…

El Campeonato de Europa es a finales de junio y prácticamente no me da tiempo. Si a principios de agosto creo que voy a llegar muy justa, a finales de junio es casi imposible. Mi objetivo principal es estar en el Campeonato de España, que es a finales de agosto y pelear por el oro; y luego los Juegos Olímpicos. Ni mi entrenador ni yo nos hemos planteado el Europeo porque sería contrarreloj.

¿Recuerda su última carrera?

Sí, la última competición fue el Mundial de Barcelona, al cual ya llegué muy justita, con problemas en el tendón de Aquiles, que me habían hecho estar casi dos meses sin correr. Si todo va bien y en verano vuelvo a la competición, voy a estar dos años fuera de ella y año y medio casi sin poder entrenar. Tengo muchísimas ganas, pero también miedo de no saber si voy a ser capaz de saber sufrir, porque a lo bueno se acostumbra uno rápido. Quiero creer que la competitividad es algo innato, que se lleva en los genes, y que por muchas dudas que tenga, una vez que suene el disparo, sabré competir no al nivel que tenía -soy consciente que correr en 1.57 no lo voy a volver a hacer-, pero sí por lo menos correr y dar el cien por cien, que es lo que hecho siempre que he salido a la pista. A veces tengo esa duda, ese miedo, esa incertidumbre de saber si voy a volver a tener ese coraje, esa garra, pero quiero creer que sí; que vuelva a ser la Mayte Martínez que tuvo que dejarlo por las lesiones.

¿Ha sido duro?

Sí, mucho. Pero a diferencia de otras lesiones, creo que he sabido manejar mejor la situación. Antes, cuando tenía una lesión o no podía llegar a un Campeonato, a lo mejor, al tener a Juan Carlos a mi lado, entre los dos manejábamos la situación. Ahora, al ser yo sola, creo que me ha hecho madurar y que ya no me ahogo en un vaso de agua. No saber si voy a volver a correr o no es casi tan duro como no correr en sí, que es lo que más me apasiona. Creo que lo estoy llevando bien y tengo la esperanza de volverme a poner la ropa de la selección.

¿Se pone algún plazo?

No.

Pero sí ha cambiado en su cabeza la idea de retirarse tras los Juegos y quizá siga un año más…

Sí, pero tengo miedo a hablar de futuro, porque con mi historial de lesiones, me da miedo. Lo que nos planteamos tanto Juan Carlos como yo es ir día a día. A nivel de motivación y de ganas estoy al cien por cien. Y si las piernas y la rodilla me dejan, o el resto del cuerpo, quiero seguir intentándolo, aunque también es verdad que quiero empezar a plantearme mi futuro laboral y también ronda por mi cabeza ser madre. Empiezo a pensar en cosas que son incompatibles con la alta competición. Por eso primero quiero terminar esta temporada; analizar y ver hasta donde soy capaz de llegar, y ver si el atletismo me deja volver a ser una deportista de elite. Si la respuesta es sí, quizá me plantee seguir; si la respuesta es no, priorizaría mi vida personal, que hasta ahora ha estado en un segundo plano, por encima de la atlética.

¿Qué son unos Juegos Olímpicos para usted?

Si algo resume unos Juegos es el sueño de todo deportista, unos para ser campeón y otros para ser olímpicos. Cada uno se plantea de un modo. Para mí es la máxima competición, es a lo que, desde que eres pequeña y empiezas a hacer deporte, quieres llegar. Luego cuando estás allí, la competición en sí es igual que un Mundial, con el mismo nivel, mínimas, rivales, pero es verdad que el ambiente que se vive es impresionante. Si tienes la posibilidad de ser medallista es el máximo a lo que un deportista puede soñar, aspirar.

Los datos

Deporte. Atletismo.

Prueba. 800 metros.

Mínima. A (1:59.90). B (2:01.30).

Representantes. Hasta un máximo de tres atletas por país y prueba.

Plazo para la mínima. Desde el 1 de mayo y hasta el  8 de julio.