La iniciativa surgió a raíz de la puesta en común con el Club Deportivo Cisne de Piragüismo de Valladolid, que fueron los encargados de impartir la actividad y proporcionar el material necesario. En la cita participaron 12 socios con lesión medular y otros con otro tipo de discapacidad física que realizaron la actividad en seis embarcaciones K2 acompañados por la piragüista Patricia Coco.