El español Rafa Nadal resultó eliminado en los cuartos de final del Abierto de Australia, primer ‘Grand Slam’ de la temporada, tras caer de forma clara ante un inspirado Tomas Berdych en tres sets (6-2, 6-0 y 7-6) en dos horas y 13 minutos.

El zurdo de Manacor, que llegaba al choque con mejores sensaciones tras sus sólidas victorias ante Dudi Sela y Kevin Anderson, no pudo nunca contrarrestar el gran tenis de su rival, que no ganaba desde 2006 al balear, al que en esta ocasión desarboló completamente, sobre todo en las dos primeras mangas, para plantarse por segunda vez en su carrera en las semifinales en Melbourne Park tras hacerlo en la pasada edición.

El centroeuropeo encontró por fin la fórmula para frenar su mala estadística contra el español y después de 17 derrotas consecutivas pudo saborear un éxito ante el exnúmero del mundo, dominado claramente en los dos primeros parciales y cuya reacción en el tercero únicamente le sirvió para jugarse sus opciones en una ‘muerte súbita’, también desfavorable.

El checo se plantó en esta eliminatoria sin haber perdido ningún set y demostró muy pronto el por qué de estas credenciales ante un Nadal que intentó aguantar como pudo la avalancha de juego de su oponente (46 ganadores), pero que tampoco fue una amenaza real desde el resto, pese a que dejó escapar dos buenas opciones en el tercer parcial con 4-4.

Después de una hora de partido, Berdych se encontró con un guión casi tan perfecto como inesperado. Un marcador de 6-2 y 6-0 a su favor dejó patente su superioridad en la pista ante un contrincante que encajó nueve juegos consecutivos. Muy metido en la pista, firme con el servicio y acortando al máximo los puntos con su ‘drive’, Berdych fue el gran dominador y demandó al mallorquín una reacción de tintes épicos.

Nadal, pese al duro marcador, intentó no dejarse llevar y trató en el tercer set de ser mucho más agresivo para inquietar algo más al tenista centroeuropeo. El ‘drive’ del tercer cabeza de serie comenzó a aparecer, aunque la confianza del checo no se resquebrajó.

El español logró el objetivo de igualar por fin algo el encuentro, pero su rival no dio concesiones y siguió muy firme con su servicio y esperando su oportunidad con el resto. Con 6-5 a su favor, el número siete del mundo tuvo dos bolas de partido con 15-40, pero el campeón en Melbourne en 2009 se resistió a irse de este modo y aguantó con carácter, aunque finalmente cayó derrotado.

Ni intensidad ni ritmo. «Simplemente no fue mi día. No jugué con la intensidad adecuada ni el ritmo adecuado y el rival lo hizo mejor que yo. Le dejé jugar muy fácil, no puedes esperar ganar partidos de cuartos de un ‘Grand Slam’ ayudando a tu oponente, y eso es lo que hice», lamentó el manacorí en rueda de prensa.

«Es obvio que necesitaba algo más que ser competitivo, como hice en el tercer set, pero está claro que antes no jugué con la confianza adecuada y la intensidad correcta, cediendo pista, jugando muy corto», prosiguió.

El balear recalcó que ahora debe «seguir trabajando duro». «Como dije cuando llegué aquí, el proceso no es siempre fácil y cuando tienes lesiones, los regresos son difíciles. Tengo que coger las cosas positivas, sin estar a mi mejor nivel de tenis he podido llegar a cuartos, no es un mal resultado después de disputar solo un partido antes de llegar», afirmó.

 Sobre Berdych, el español subrayó que está jugando bien. «Es muy regular y se merece estar ahí. Ha estado en las posiciones altas del ‘ranking’ durante mucho tiempo. Resistió bien en la última manga, pero no fue fácil para mí analizar la forma en la que jugó. Lo real es que le probé durante un set. Tienes que jugar bien para ganar a un tenista como Tomas», finalizó.