Hansen: «Si desaparece el club, los que estén tendrán que dar muchas explicaciones»

Manuel Belver
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El expresidente del CB Valladolid reconoce que Aranzana era su hombre para el banquillo y que la plantilla iba a ser netamente nacional. Además, reitera que si no se controla la deuda no se podrá seguir en el futuro

Hansen: «Si desaparece el club, los que estén tendrán que dar muchas explicaciones»

Apenas dos meses duró Mike Hansen como presidente del CB Valladolid. El exjugador presentó su dimisión hace seis días, sin palabras en contra de nadie, solo con realidades -como que la entidad arrastra una deuda superior a los 7 millones de euros-. Casi una semana después de su salida, y de la de su adjunto, Javier Baró, Hansen explica parte de lo que iba a ser su proyecto, con Aranzana en el banquillo y una plantilla de nacionales, y repite las razones de su marcha, aunque seguirá vinculado a la cantera del club.

¿Cómo se encuentra tras la decisión tomada hace una semana?
Aquella noche fue muy dura, pero he sido deportista y me recupero rápido. Ya pienso en el futuro. Estoy mucho mejor, con las ideas claras, como el primer día, de cómo tiene que ser este club o el que surja. Pero estoy muy bien. Fue un momento duro, la noche anterior no dormí nada, un trago amargo porque tenía mucha ilusión y había involucrado a mucha gente: a David Enciso y toda la cantera, una estructura que no ha habido aquí en muchos años; a Javier Baró, la gente de mi equipo; al entrenador, Aranzana, y a una plantilla nacional muy barata pero competitiva. Pero llegó un momento en el que no podía seguir adelante, no podía engañar a nadie porque no es mi forma de ser. Si ese es el perfil de presidente, yo no lo soy.

Fueron dos meses complicados, de búsqueda de dinero, de petición de favores...
Me encontré un club totalmente perdido, sin filosofía, abandonado, de valores inexistentes, credibilidad por los suelos y denuncias tras denuncias (desde la empresa que limpia las oficinas, autobuses, gente que lava la ropa, agencia de viajes, jugadores de hace dos años, agentes...). Eso es lo que nos encontramos. Primero arropamos a los trabajadores, a la vez que hacíamos otras gestiones.

¿Hasta donde llegaron estas gestiones?
Se avanzó en cosas importantes. Todo empezó cuando Eduardo Portela me cedió la palabra y me pidió que hablara con los 17 presidentes y les expliqué el abecé de mi proyecto, humilde, con las cosas claras y transparencia, y no volver a cometer errores; pedí perdón por todas las malas noticias que salían. Ahí empezamos bien. La ACB creyó en nosotros. Javier (Baró) hizo una labor espectacular reduciendo lo que se debía a la ACB negociando con Murcia y otras entidades y en tiempo récord conseguimos el dinero. También se logró pagar un mes a los empleados de oficinas del club. Luego empezamos a hablar con Aranzana, creo que era el siguiente paso, porque necesitábamos a un entrenador de la tierra y valiente. No le daba miedo asumir la responsabilidad de también ser director deportivo con mi ayuda. Ese puesto nos ahorraba 100.000 euros de oficinas, más otros 100.000 por el de Javier Baró y no tener un director general. Ese ‘patrocinador’ nos ahorraba 200.000 euros en oficinas, algo que necesitaba el club. Aranzana aceptó el proyecto, estaba a muerte con nosotros y estábamos ya haciendo contactos con jugadores, sobre todo nacionales, que es lo este club necesita para tener el vestuario unido. Nacho nos estuvo esperando, pero era difícil retenerle y me alegro mucho por él. Da pena que el club esté como esté y no puedas retenerle. Era, tras Lalo y San Emeterio, el siguiente que ha sido de la tierra, capitán y buque insignia. Luego juicios y juicios...

Y, ¿qué le decide decir públicamente que no puede más?
Los plazos los he ido cumpliendo. Abrimos vías con varias empresas que estaban interesadas en volver o entrar, pero la preocupación era la deuda histórica y la nueva que se ha generado. Y si no había forma de controlar eso, los esponsor no querían dar ese paso. Al ver esa situación y a la gente que he involucrado (Aranzana, jugadores nacionales, David Navarro, Izquierdo, David Enciso y todos sus entrenadores, que van a seguir, que es lo único que hay sano en el club y es el futuro del mismo), Javier Baró y yo fuimos a una empresa especialista en avalar y financiar empresas en peligro; estudiaron muy a fondo nuestro caso, pusieron toda la predisposición del mundo, pero al final mirándolo con su Consejo de Administración, dijeron que era imposible e inviable. La última opción antes del doloroso paso fue hablar con el Ayuntamiento y decirles que si había alguna manera de tener una línea de crédito con alguna entidad bancaria de 800.000 euros para reducir esos 2,5 millones de euros en bastante más que 800.000 (estaba convencido de que lo podríamos hacer en un 75%), así tener oxígeno para trabajar y tener seguridad en las cuentas del club para hacer una campaña de abonados. Además teníamos dos coesponsor apalabrados y el grande seguro que con la gestión aparecía. Con el presupuesto cerrado y una plantilla muy barata pero competitiva, tirar para adelante. Pero ninguno de los dos casos se pudo llevar a cabo (el Ayuntamiento no podía y lo entiendo) y poniendo en la balanza los pros y contras y dejando a un lado los sentimientos, tomamos esa decisión valiente, honesta y transparente.

Y sin palabras de reproche...
No es mi estilo. Me puedo equivocar. De baloncesto nadie me va a enseñar, pero seguro que tengo mucho que aprender de otras cosas y por eso me había rodeado del mejor equipo posible. Javier Baró hubiera gestionado esto como nadie en muchos años porque es un tío de la ciudad que quiere al club; teníamos un equipo de marketing, que nos había desarrollado la campaña de abonados; la camiseta, Justo Muñoz... había mucha gente involucrada, que había estado apartada, que creía en nuestro proyecto. No voy a reprochar a nadie nada porque tendré mis críticas de cómo se han hecho las cosas -yo las hubiese hecho de otra manera-, el trabajo en equipo es fundamental, pero tengo gente involucrada ahí y no voy a decir absolutamente nada que perjudique al club. Si desaparece, los que estén tendrán que dar muchas explicaciones; y yo, como veterano y socio y aficionado, las voy a exigir. He entrado y he salido diciendo las cosas claras.

¿Qué futuro le ve al CB Valladolid?
Le deseo toda la suerte del mundo a Juan y a los patronos. Estos dos han heredado algo que no han creado, puede ser un marrón estar ahí. Juan sí que ha estado más tiempo en el club, sabe más cosas y tendrá que explicar más cosas más adelante. Veo que tienen que controlar la deuda de atrás y buscar un esponsor muy potente. Y si no, se generará más deuda y se engañará a más gente. Si no se cubre el presupuesto y está controlada y negociada la deuda de atrás, lo mejor es, como ha dicho el alcalde, hasta aquí hemos llegado, y se empieza una cosa nueva, en otra categoría, sana, con gente de baloncesto y que sea dependiente de sus propias gestiones y no de un Ayuntamiento. Eso es el futuro del baloncesto en esta ciudad.

¿Seguirá con la cantera?
Me ha pedido el alcalde que siga ayudando y colaborando con la cantera. Tengo a gente ahí y voy a seguir ayudándoles, pero solo con la cantera. No quiero saber nada de la gestión del primer equipo porque no estoy nada de acuerdo con la filosofía que se lleva a cabo.