Cuesta abajo y sin frenos hacia una Comunidad despoblada en la que los nacimientos serán un excepción y los mayores de 65 años una legión. Este es, a grandes rasgos, el negro futuro que ayer dibujó el Instituto Nacional de Estadística para Castilla y León durante los próximos tres lustros, en los que, según sus estimaciones, podría perder 206.948 personas. O lo que es lo mismo, casi el siete por ciento de su población actual, y dejar el número de castellanos y leoneses allá por el año 2033 en poco más de 2,2 millones. Una evolución que sitúa a la Comunidad como la que más población perderá, tanto en número como porcentualmente si se mantuvieran las tendencias actuales en cuanto a fecundidad, mortalidad y migraciones.

Sin embargo, y unido al problema de la despoblación, según el INE la región también verá agravado su envejecimiento poblacional. De esta forma, si en la actualidad los mayores de 65 años apenas alcanzan a una de cada cuatro personas, dentro de quince años representarán a uno de cada tres vecinos -el 33 por ciento de la sociedad-, con 734.000 personas, casi 130.000 más que en la actualidad. Una realidad que se verá, siempre según las estimaciones que maneja el INE, reflejada también en el diferencial nacimientos/defunciones. Así, dentro de quince años el número de fallecidos se irá más allá del doble que el de los alumbramientos, con 28.150 defunciones frente a los 12.700 nacimientos.