El resultado de las elecciones generales del próximo 20 de diciembre marcará el futuro de la economía española. Al menos así lo advirtió ayer el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que entiende que la confianza de los inversores, el crecimiento y la creación de empleo previsto para el  próximo año se pueden lastrar con «una rapidez asombrosa». Guindos describió esta situación ante más de 300 representantes de todos los sectores de la sociedad vallisoletana y castellano y leonesa en los desayunos informativos de El Día de Valladolid.  

El ministro comparó la situación con la de un cruce de caminos en el que está «absolutamente convencido de que la madurez y la inteligencia del pueblo español sabrá elegir porque recuerdan cómo estábamos hace cuatro años y saben cómo estamos actualmente». Guindos basó este optimismo en la certeza de que el gobierno de Rajoy «ha hecho mucho», aunque reconoció que siguen existiendo vulnerabilidades. «Lo peor que le podía pasar en estos momentos a la economía española es ser autocomplacientes», reconoció. En este sentido, lamentó que el país siga teniendo un «problema tremendo» de desempleo, con una tasa de paro de más del 20%. «Es una lacra social, política, económica,…», aseveró.

Vulnerabilidades. A esto sumó el elevadísimo nivel de endeudamiento, una situación que provocará que el próximo año el sector público y privado tengan que renovar líneas de crédito por valor de casi 400.000 millones de euros. Unas negociaciones sobre las que Guindos se mostró muy precavido y cuyo resultado vinculó a los resultados electorales. «La principal vulnerabilidad que hay es que si se percibe que la política económica no es la adecuada, y que la implantación de las medias no va a ser la correcta, inmediatamente, vía confianza, las condiciones de esos créditos que se tienen que renovar se verían empeoradas, tanto desde el punto de vista de coste, como de plazos. Y eso con una rapidez asombrosa.

No saben con cuanta rapidez se trasladaría al crecimiento económico y la creación de empleo», reiteró.

En el desayuno informativo, en el que hubo un evidente tono de despedida, Guindos tampoco ocultó un cierto sabor agridulce en el balance de sus cuatro años al frente del Ministerio de Economía. «Se ha avanzado mucho y el futuro es totalmente distinto. Pero también debemos darnos cuenta de cuáles son nuestras debilidades y que todavía tenemos vulnerabilidades, tanto en el ámbito laboral como en el ámbito del endeudamiento», reconoció.

Donde no mostró ninguna fisura fue en su defensa de la gestión de Mariano Rajoy, para quien no escatimó elogios. Así, se felicitó por la decisión del presidente del Gobierno de no haber pedido el rescate y calificó esta opción de «absolutamente acertada». «El rescate hubiera supuesto, para una economía como la española, un daño irreparable para nuestra autoestima», concluyó.

Igualmente defendió la viabilidad de la propuesta electoral del presidente de crear dos millones de puestos de trabajo en los próximos años. Guindos considera «perfectamente factible» tener cuatro o cinco años de crecimiento y «volver» al nivel de antes del inicio de la crisis.  Eso sí, advirtió de que no se pueden dejar de lado las debilidades que hay en el ámbito laboral y en el del endeudamiento.