Fallece Vicente Aranda, el cineasta de la erótica sórdida

AGENCIAS
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El director barcelonés, que firmó películas tan marcadas por la fatalidad y la lujuria como 'La pasión turca', 'Amantes', 'Juana la loca' o 'Carmen', fallece en su casa de Madrid a los 88 años

«Envejeces y pierdes fuerza, pero no el deseo», afirmó una vez Vicente Aranda. Y él lo demostró hasta el final, pues el deseo, al igual que el sexo, fue marca de la casa para este cineasta español, autor de títulos como  Amantes (1991), La pasión turca (1994), Juana la loca (2001) o Carmen (2003). El cineasta falleció en la madrugada de ayer en su domicilio de Madrid a los 88 años, según informó la Academia de Cine de España a través de la red social Twitter.  

Durante sus más de cuatro décadas de carrera, en las que realizó una treintena de trabajos, hacer películas fue para él «la forma más natural y eficaz de transmitir el pensamiento», escribió la Academia de Cine.

Fue autor de una prolífica filmografía en la que ahondó en el lado más amargo y traumático de las relaciones amorosas, trasladando sin ningún tipo de reparos temas como la dependencia o la crueldad, pero también el sexo como liberación.

Su primer filme fue Brillante porvenir (1965), estrenado aún durante la dictadura de Franco, y se sentó por última vez en la silla de director en 2009, con 82 años, para dirigir Luna caliente.

Decía Aranda que siempre había tenido 15 años más de los que le correspondían, seguramente porque comenzó su carrera cumplidos los 35, bastante más tarde que los directores de su generación. Fue tardío pero contundente, y en sus 25 largometrajes a los que habría que añadir los espléndidos trabajos que hizo para televisión -Los jinetes del alba y El crimen del capitán Sánchez- mostró una visión de la vida y de España amarga y realista, irónica y lúcida.

Aranda (Barcelona, 1926) está ligado a la llamada Escuela de Barcelona, cuya refinada estética supuso una novedad en el cine español. En 1988, fue distinguido con el Premio Nacional de Cinematografía, otorgado por el Ministerio de Cultura.

El director de cine desempeñó diferentes oficios durante su juventud hasta que, en 1949, emigró a Venezuela. Regresó a España en 1956 y, tras intentar ingresar sin éxito en la Escuela de Cine de Madrid, se trasladó a su ciudad natal donde inició su carrera como cineasta.

En 1966, obtuvo un gran éxito entre la crítica con su segunda película, Fata Morgana, en la que narra la historia de una modelo (Teresa Gimpera) que se convierte en el blanco de un psicótico profesor (Antonio Ferrandis) que quiere secuestrarla.

El erotismo está muy presente en su cine, aunque a lo largo de su dilatada trayectoria abordó también géneros como el histórico y el fantástico. Fue uno de los primeros directores que trató de forma explícita la transexualidad en España, con su película Cambio de sexo (1977).

Llevó también a la pantalla La muchacha de las bragas de oro (1980), adaptación de la novela del escritor español Juan Marsé, y Asesinato en el Comité Central (1982), basada en la novela de Manuel Vázquez Montalbán.

Premios.

La recompensa al trabajo bien hecho llegó en 1992, cuando ganó el Goya al Mejor Director por Amantes, también distinguida en la categoría de Mejor Película, que contaba en el reparto con una de sus actrices fetiche, Victoria Abril.  

Una década después lanzó a la fama a Pilar López de Ayala, protagonista de Juana la loca (2001), quien recibió el Goya a la Mejor Actriz y la Concha de Plata en el festival de cine de San Sebastián.

Carmen (2003), basada en la novela de Prosper Mérimée, fue uno de sus últimos éxitos en taquilla, protagonizada por Paz Vega y el argentino Leonardo Sbaraglia.

En su filmografía destacan también Las crueles (1969), La novia ensangrentada (1972) -de la que el director estadounidense Quentin Tarantino dijo que era una de sus «películas de referencia»-, Clara es el precio (1974), Tiempo de silencio (1986), El Lute, camina o revienta (1987), El Lute, mañana seré libre (1988), El amante bilingüe (1992) y Libertarias (2001).

En 2007, realizó Canciones de amor en Lolita’s Club, basada en la novela de Juan Marsé, su cuarta adaptación, en la que volvió a incluir fuertes escenas de sexo. «No pesan los rodajes, pesan los años», indicó. El guión del filme, que incluía numerosos cambios respecto a la novela, motivó que Aranda y Marsé tuvieran algunas diferencias porque el escritor creía que el director tenía fijación por lo escatológico y lo erótico de sus libros. «En lo erótico, sí; en lo escatológico, no», le replicó el realizador.

«Cascarrabias entrañable que nos deja momentos cinematográficos y películas inolvidables, ¡adiós amigo!», escribía en Twitter Eduardo Noriega, que trabajó a las órdenes de Aranda en Canciones de amor en Lolita’s Club, uno de sus últimos trabajos. «Radical, extremo, sin concesiones», apuntaba por su parte el cineasta Álex de la Iglesia. «Qué bien rodaba. Técnico asombroso. Movía la cámara con precisión. El encuadre siempre era único», añadió.

Un agitador cultural.

Varios actores, intérpretes y rostros conocidos del mundo del cine, entre los que se encuentran el actor y presidente de la Academia de Cine, Antonio Resines, junto con familiares y amigos, comenzaron a llegar a la capilla ardiente del director de cine Vicente Aranda, instalada a partir del mediodía en el madrileño tanatorio de la M-30.

Además de Resines, que no hizo declaraciones a los medios, el director Imanol Uribe quiso dar su último adiós a Aranda, al que definió como «un buen agitador culturalmente hablando».

«Llevaba siempre las cosas al límite de todo, en la política, en el sexo. Ha hecho películas muy potentes, que quedarán en la historia del cine español, desde Fanny Pelopaja hasta Amantes, que es una de mis preferidas», aseguró.

Por su parte, José Miguel Monzón Navarro, El Gran Wyoming, explicó que era vecino de Aranda, además de «muy amigo» suyo. «Yo con él he trabajado muy poco, pero era un gran compañero y una gran persona», afirmó.

El cuerpo de Vicente Aranda será incinerado hoy, según informó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas a través de Twitter.