El cartel de completo cuelga desde hace días en los hoteles, hostales y pensiones de Valladolid capital e incluso de buena parte de la provincia para alojarse el 21 de noviembre, víspera del multitudinario examen de oposiciones de Enfermería que se celebrará a la mañana siguiente. Hacía más de seis años que no salían plazas para este colectivo dentro del servicio sanitario de Castilla y León, y las 554 convocadas han suscitado el interés de más de 20.000 personas que, procedentes de distintos puntos del país, están llamadas a realizar la prueba enValladolid (12.014 en total) o León (8.075).
Uno de cada 36 aspirantes conseguirá plaza para acceder a la condición de personal estatutario fijo de Enfermería, una competencia más que notable que incluso se ha extendido en cierta manera a la víspera, dada la complicada búsqueda de un lugar donde dormir antes de la prueba programada para las 10 de la mañana del domingo 22. No en vano, la oferta hotelera de la capital dispone de unas 2.400 habitaciones, aproximadamente, y casi la mitad de los candidatos (unos 8.000, según Satse) llegarán ya no de otras provincias de Castilla y León, sino de fuera de la Comunidad.
Y el mercado hotelero no es ajeno a esa delicada ley no escrita de la oferta y la demanda, hasta el punto de que sus tarifas prácticamente se han duplicado, extremo que no ha impedido que muchos establecimientos colgaran el cartel de completo hace ya más de una semana. Así que el principal atractivo de hacer noche en Valladolid el día 21 no estará precisamente en su gastronomía, por más que todavía entonces se esté desarrollando la segunda y última semana del concurso nacional de pinchos, ni en ningún acontecimiento que suele llenar los hoteles, como cadaViernes Santo, por ejemplo.
La procesión será esta vez de opositores y su penitencia se manifiesta en unas tarifas que no bajan de los 140 o 150 euros. «Si se encuentra una plaza por ese precio se puede decir que sale hasta bien, porque las he visto mucho más caras», reconoce el presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, Francisco de Frutos, quien, no obstante, defiende que la capital suele ser «excesivamente barata». De ahí que llame aún más la atención semejante contraste entre los precios de un sábado ordinario y los ofertados para el próximo 21 de noviembre.
«Institucionalmente y personalmente, estoy en contra de las diferencias tan alarmantes de precio, pero también es cierto que la ley de oferta y demanda es libre, y cuando la demanda sube, los precios también lo hacen», prosigue. «Desaconsejo absolutamente unas diferencias tan abismales porque se genera confusión, pero la realidad es la que es», añade De Frutos, partidario de subir los precios más bajos y bajar los más altos para reducir la horquilla de tarifas en que se mueve el sector a lo largo del año. «También hay que ser sensato, si te vas a Madrid un sábado seguramente no pagues menos de 125 o 150 euros en el centro, y que aquí estamos acostumbrados a cobrar 60, cuando con eso pagamos personal, pagamos luz y vamos sobreviviendo», alega. Valladolid suele contar con una ocupación hotelera media de entre el 60 y el 70%, cifra que se eleva aquellos sábados en que hay algún evento: «Y si ahora sumamos además las oposiciones, el resultado es el del 21 de noviembre», señala De Frutos.
"TURISMO DE OPOSICIONES". «He hablado con familiares de clientes que deben venir ese día y han tenido que reservar hostales y pensiones de carretera y de pueblos de Valladolid, porque está toda la provincia llena», corrobora el presidente de la patronal hotelera. De hecho, incluso llega a hablar de un incipiente negocio, «el turismo de oposiciones», asociado a ciudades que, como Valladolid o León, tienen una Universidad potente y dotada de suficientes aulas como para poder acoger pruebas de semejante calibre.
Y el sector hotelero local, encantado de que la capital castellana y leonesa sirva de sede a esta oposición y a las que se celebren en adelante, una vez descongelada la oferta pública de plazas.