Informar, una labor cada vez más arriesgada en el mundo

AGENCIAS
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El Día Internacional de la Libertad de Prensa reivindica un trabajo peligroso y complejo en el que muchos profesionales son perseguidos y tomados como rehenes por grupos terroristas

 

Ejercer la libertad de prensa es una labor cada vez más complicada y arriesgada en un mundo donde muchos periodistas son amenazados por algunos Gobiernos y poderes fácticos y usados como moneda de cambio en zonas de conflicto por los grupos terroristas. Por ello, con motivo del Día Internacional de la Libertad de Prensa, celebrado ayer, Reporteros sin Fronteras (RSF), una de las principales ONG defensoras de esta profesión, denunció el «deterioro profundo y preocupante de la capacidad de los profesionales para ejercer su oficio y su función en total libertad e independencia».
En este sentido, la organización criticó especialmente a los países «cuyos dirigentes pueden jactarse de haber amordazado la información» en el último año. Algunos de ellos ya son reincidentes -como Arabia Saudí, Irán, Corea del Norte, Burundi, Eritrea, Azerbaiyán, Cuba, Venezuela, Rusia o China-, pero otros se estrenan este 2016 en esta nefasta lista: Egipto, Tailandia o Turquía, donde se han reforzado drásticamente los controles sobre los reporteros.
Los líderes de estos territorios aducen que el control de los medios es necesario para mantener la seguridad y la estabilidad y, bajo este argumento, Egipto, por ejemplo, mantiene encarcelados a más de una veintena de periodistas, mientras en China cumplen penas decenas de informadores críticos con el sistema.
«Incitar a la subversión contra el poder del Estado», «difundir noticias falsas» o «incitar a la violencia» se han convertido en la fórmula para hacer callar a quienes disienten de las opiniones de ciertos gobiernos o grupos armados.
Mientras, en las naciones occidentales, la lucha contra el terrorismo, cada vez más activo, sirve de coartada para limitar la libertad de información a través de leyes represivas, criticó la ONG.
 
RESTRICCIONES LEGALES. Aunque no es el único caso, Amnistía Internacional citó el ejemplo reciente de Francia, golpeada por varios atentados yihadistas con decenas de víctimas, que ha endurecido todas las normas que afectan a la libertad de prensa.
Asimismo, estas dos organizaciones recordaron que en 2015 fallecieron 63 personas en el ejercicio de esta profesión y otras 40 fueron asesinadas, sin que se conozca aún el motivo de su muerte, y a estas cifras se suman las pérdidas de vidas de 19 ciudadanos que actuaban como informadores y seis colaboradores de medios.
Muchos de ellos perecieron en coberturas de alto riesgo, pero analistas de todo el mundo coinciden en señalar que el reportero, antes mero testigo de guerras o catástrofes humanitarias, ahora se ha convertido en moneda de cambio para muchos terroristas, que los usan para chantajear a los gobiernos y obtener prebendas.
En este sentido, RSF señala en su último informe que 54 informadores se encuentran secuestrados en todo el planeta por organizaciones extremistas o criminales.
De hecho, alertan, esta es una actividad ya frecuente para colectivos radicales como el Estado Islámico, Al Qaeda, Al Shabab y otros de corte yihadista, que han convertido en negocio los raptos que, a la vez, imposibilitan al periodista hacer una cobertura segura en algunos puntos del mundo.