Después de unos años en los que la oferta de empleo público ha quedado reducida a la mínima expresión, 2015 parece haber cambiado esa tendencia con una nutrida convocatoria. El pasado 23 de marzo el Boletín Oficial del Estado publicaba las 11.250 plazas convocadas para este año, aunque de ellas 3.834 son de promoción interna. A esta cifra, que multiplica por cuatro la oferta de 2014, hay que añadir las más de mil plazas que oferta el Gobierno regional, sobre todo para personal sanitario, y otras a nivel local, como las nueve de Policía Municipal en Valladolid.
A nivel nacional, los sectores más beneficiados son los del Cuerpo Nacional de Policía, con 1.374 plazas nuevas (75 de ellas para inspectores), la Guardia Civil, con 820 y las 1.430 para Justicia.
Como era de esperar, todos estos ‘golosos’ puestos de trabajo han hecho que se multipliquen los alumnos en las academias que se dedican a preparar a los aspirantes. Por ejemplo, en ITH Oposiciones, ubicada en la calle de Santiago, «los estudiantes se han multiplicado por tres respecto a los últimos años». Al menos eso es lo que asegura su coordinador, José Luis García. «En el año 2011 salieron 28 plazas para técnicos de Hacienda», recuerda, una cifra que se eleva por encima de las 300 este año.
Esta tendencia se produce porque el Gobierno elevó del diez al 50 por ciento la tasa de reposición (porcentaje de funcionarios que se sustituyen) en los servicios esenciales, es decir, educación, sanidad, fuerzas de seguridad y orden público y control y lucha contra el fraude fiscal.
Un incremento de plazas que va unido al aumento del paro en los últimos años. Este cóctel ha hecho que los alumnos sean mucho más heterogéneos que antes. «La mayoría son recién licenciados, aunque hay mucha gente que se ha quedado sin empleo y ahora vuelven a estudiar», señala el responsable de ITH Oposiciones, que prepara a los alumnos para las plazas en Hacienda y Justicia, incluso en la modalidad online, que «cada vez tiene más aceptación».
Esta convocatoria también ha disparado las matriculaciones en La Flecha Oposiciones, en Arroyo. Allí también se centran en los que aspiran a trabajar en Hacienda. «Por supuesto que se nota esta convocatoria, porque se han triplicado las plazas ofertadas y nosotros hemos duplicado el número de alumnos», explica Manuel González desde esta academia.
Son oposiciones al grupo A2, es decir, que se exige una diplomatura y comprenden «tres exámenes muy duros». Por eso González avisa de que hace falta un año y medio de preparación, como mínimo, para presentarse con ciertas garantías. Si son dos, mucho mejor. «La mayoría de los que se presentan se dedican exclusivamente a ello y se lo toman como una jornada laboral, con ocho y nueve horas de estudio diarias, algunos incluso más», asegura.
La gerente de Academia IPE, Blanca Jimeno, reconoce que el negocio ha mejorado, «aunque no es para lanzar las campanas al vuelo». Según ella, la crisis sigue haciendo mella. «Con esta convocatoria hace algunos años hubiéramos tenido más alumnos, pero ahora mucha gente no puede pagar las mensualidades», dice. En este centro preparan a alumnos que quieren acceder a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre los que hay muchos parados. «Se nota en que hace algunos años la gente venía los sábados, que era cuando podía, y ahora hay más entre semana», concluye la gerente.
En el Centro de Entrenamiento Integral de Oposiciones (CEIO) no ha notado aún un repunte significativo, pero esperan tenerlo cuando se anuncien las fechas de las convocatorias. Allí se preparan los futuros bomberos, policías locales y soldados del Ejército. «Sigue viniendo mucha gente, pese a que hayan suprimido la edad máxima para presentarse», asegura el director, Luis Andrés Suñén. En este centro, donde también preparan físicamente a los candidatos, aseguran que es necesario al menos un año de preparación.