¿Una profesora de Religión debe predicar con el ejemplo y mantener una vida conforme a la doctrina de la Iglesia o su comportamiento en el ámbito privado es algo totalmente independiente? Es la cuestión de fondo analizada este martes en el juicio celebrado en Valladolid donde la docente Carmen M.S. ha invocado la nulidad de su despido como consecuencia de sus dos separaciones anteriores y su tercera relación sentimental. Venía impartiendo Religión desde hace 16 años en distintos centros públicos, fue despedida en julio del Colegio Pedro I de Tordesillas y no pudo empezar el curso 2017-2018 a raíz de que varios padres de alumnos acudieron en marzo de 2017 al obispo para expresar su malestar por la forma de vida de la docente, pues al divorcio de su primer matrimonio canónico sumaba una segunda separación de un matrimonio civil, del cual tuvo dos niñas por el método de fecundación in vitro, y además vivía una nueva relación con un hombre divorciado y con tres hijos.