Con el actual ritmo de trabajo, no se recuperarán los empleos perdidos hasta dentro de 15 años. Así de tajante se mostró ayer la catedrática de Economía de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) Sara de la Rica, que fue «absolutamente pesimista» ante el panorama laboral.

Durante la presentación del Observatorio Laboral de la fundación, en la que se analiza la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre, precisó a título personal que, además, España está saliendo de la crisis con una «precariedad impresionante» en el empleo, en términos de jornada y, sobre todo, de salarios. «Si no damos un cambio de timón, nos enfrentamos a graves problemas», subrayó. 

Por su parte, el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, se mostró algo más optimista al considerar que, tras la reforma laboral, el país puede ir absorbiendo parados con menores tasas de crecimiento económico que hasta ahora. No obstante, indicó que «la situación es muy frágil» dados los riegos de una tercera recesión en Europa. 

Ambos economistas coincidieron en que, en cualquier caso, existe una bolsa de unos dos millones de trabajadores con escasas posibilidades de encontrar trabajo. «Es una masa difícil de ocupar porque muchos vienen del sector de la construcción y tienen pocas destrezas vendibles en el mercado», señaló De la Fuente, al tiempo que De la Rica avisó de que «hay que hacer algo por ellos para que puedan encontrar un puesto de trabajo». 

En este caso, defendió la necesidad de poner énfasis en las políticas activas de empleo y una mayor protección a los asalariados, dos cuestiones que, a su juicio, han quedado pendientes de desarrollo en la última reforma laboral. 

De la Rica consideró buena idea apoyarse en las agencias de trabajo temporal y en las de colocación a la vista de que «los servicios públicos han demostrado que no han sido capaces» de dar una oportunidad a los desocupados de larga duración.

 

APUESTA POR LA CALIDAD. Si bien, la investigadora de Fedea hizo hincapié en que el camino no debe ser el de puestos de trabajo precarios e involuntariamente parciales, arrastrado por la focalización de la recuperación económica en un sector servicios de poca calidad, en lugar de en el sector industrial o, en todo caso, en unos puestos de calidad. 

 «Tenemos un sector servicios que viene tirando con actividades como el turismo, al que desde luego no hace falta mayor cualificación, para el que los temporales son suficientes, con lo que no hay atisbo de que cambie el tipo de contratación ni los salarios», apuntó De la Rica. 

El Observatorio Laboral de Fedea refleja que el de los servicios ha sido el sector que más fuertemente ha tirado del empleo desde antes de la crisis, momento en el que se ha visto azotado por una mayor volatilidad al contar un gran peso de la temporalidad. En el último año, el sector está protagonizando la creación neta de empleo: su peso en el total de la ocupación ha pasado del 66% en 2007 al 77% en 2014. 

 Por su parte, la industria arrojó en el tercer trimestre 14.800 empleos netos, lo que, de mantenerse en próximos meses, sería, según el economista, «una de las mejores noticias». Si bien, de nuevo mostró su pesimismo al indicar que «habrá que esperar bastante tiempo para recuperar los 800.000 empleos perdidos» en el sector durante la crisis. 

Dentro de las críticas a la precarización del mercado laboral, De la Rica cargó especialmente contra el incremento de las jornadas a tiempo parcial, que ha pasado de suponer un 10,9%, en el tercer trimestre de 2007 al 14% en el mismo período de 2014.