Valladolid tendrá cinco semanas en 2016 partidas por un festivo pese a las peticiones de trasladarlos a lunes

Luis Amo
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El calendario laboral del próximo año está marcado por cuatro puentes, tres lunes y dos viernes festivos · El sector industrial dice que se rinde «poquísimo» y el comercio los ve «necesarios»

El calendario laboral de 2016 vuelve a disgustar al sector industrial  por tantos festivos intercalados mientras el comercio y la hostelería los ven como necesarios para sus negocios. La Confederación Vallisoletana de Empresarios vuelve a exigir la concentración de festivos en torno a los fines de semana de 2016 ante las pérdidas para las empresas que supondrá arrancar y parar las producciones por cómo se distribuirán los festivos a lo largo del año. Los empresarios vuelven a lamentar que las administraciones no tengan en cuenta su petición de evitar que los festivos caigan en medio de las semanas laborables y vuelven a exigir este criterio que, a su juicio, «sería comodidad para todos, empresarios y trabajadores, y ahorraría muchos millones de euros en costes de producción, en lo que más cuesta, que es arrancar y parar una cadena varias veces a la semana».


Los empresarios recuperan esta vieja reivindicación tras conocerse definitivamente los festivos nacionales, regionales y locales que las distintas administraciones han aprobado para el próximo ejercicio. Un calendario que supondrá que Valladolid tenga cuatro puentes en 2016, que cinco fines de semana tendrán un día más y que dos miércoles también sean festivos. Además, el único cambio con el que se cumple la petición empresarial será el 26 de diciembre de 2016, lunes, que corresponderá con la fiesta trasladada de Navidad, amén de que este año el 1 de mayo cae en domingo -Día del Trabajo- y en Castilla y León este festivo se traslada al día siguiente, al 2 de mayo lunes. El 15 de agosto también cae en lunes.


El calendario del próximo año tendrá cinco semanas partidas por un festivo marcado en rojo, lo que ha provocado el descontento «absoluto» del sector empresarial «debido a los gastos que acarrean y que podrían ser innecesarios», tal y como explica la presidenta de la Confederación Vallisoletana de Empresarios, Ángela de Miguel, al tiempo que incide en una «racionalidad» de los festivos «porque económicamente se pierde mucho y la gente, los trabajadores, también se despista» a lo que concluye que en estas semanas rotas por un festivo se rinde «poquísimo».


El trastorno más inmediato en este sentido es nada comenzar el nuevo año dado que la festividad de la Epifanía del Señor cae en miércoles, si bien es verdad que desde las administraciones también se dijo que los festivos especialmente arraigados en la sociedad española no se cambiarían. Otro de los no laborables en miércoles será el 12 de octubre, Día de la Hispanidad. El resto de semanas partidas por días no laborables en los días centrales corresponderán con el jueves 8 de septiembre -día de la Virgen de San Lorenzo-; con el martes el 1 de noviembre o con los martes y jueves 6 y 8 de septiembre, días de la Constitución Española y la Inmaculada Concepción, respectivamente. Los tres festivos restantes corresponden con viernes el 1 de enero, 23 de abril y 13 de mayo y con sábado el 23 de abril.


La otra cara de la moneda está en el sector hostelero, a quienes consideran que los festivos aislados vienen mal pero que puentes o pegados a un fin de semana turísticamente puede rentabilizarse «muy bien», según el presidente de la Asociación de Hoteles, Francisco Javier de Frutos. En esta línea se muestran también las patronales del comercio,  que incluso califican de «necesarios» este tipo de puentes «para atraer a gente de fuera y de aquí partiendo de la base que con tantas fiestas en el calendario no queda otra», como explicó a este periódico el secretario de Avadeco, Luis del Hoyo.