El 7% de los docentes que acudió el pasado curso a los servicios del Defensor del Profesor de ANPE (el sindicato Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza) lo hicieron para denunciar algún tipo de agresión por parte de sus alumnos. No es, ni mucho menos, el principal problema por el que buscan el asesoramiento de esta figura creada por ANPE para tratar de ayudar a los profesores.

Así, por ejemplo, en el último informe se detalla que para esos profesionales de la enseñanza que acuden al Defensor del Profesor, el mayor de los problemas son las faltas de respeto que sufren por parte de sus alumnos; el 27 por ciento así lo comunicaron en sus llamadas.

Las siguientes preocupaciones serían tanto los problemas para dar clase (25%) como los que tienen con la Administración (24%). A continuación, con un 22%, están las falsas acusaciones de padres y alumnos.

Otros de los problemas que se contabilizan por ANPE son el acoso y amenazas de los alumnos (16%) y los insultos (14%). El listado de preocupaciones que les lleva hasta el Defensor del Profesor son las conductas agresivas registradas entre los propios chavales (14%) y todo lo relativo a las grabaciones, las fotos y el uso de internet (7%).

Para ANPE, lo ocurrido el lunes en un instituto de Barcelona -es la primera vez que ocurre algo así en España- es un «hecho aislado». «Esto nos debe servir para continuar trabajando con más determinación en la tarea de prevención y detección de la violencia en los centros escolares», según señaló el presidente nacional de ANPE, Nicolás Fernández, en declaraciones a la agencia de noticias Europa Press.