Amor forjado entre libros

Óscar Fraile
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El maestre de la tuna de Derecho, Diego Criado del Rey, recorre sus diez lugares favoritos de Valladolid

Amor forjado entre libros - Foto: Jonatan Tajes

 Nació en Valladolid hace 24 años y siempre tuvo claro que quería estudiar Medicina. Con el tiempo lo consiguió, pero una carrera tan exigente no evitó que Diego sacara tiempo para dedicarlo a otra de sus pasiones: la tuna. Entró en la de Derecho hace cinco años y medio y desde hace dos y medio es el maestre. Es decir, el presidente de la misma. Ha sido una forma de seguir los pasos que ya anduvieron sus tíos, su hermano mayor y su padre, quien, por cierto, fue el fundador de una tuna que ya tiene más de 30 años de historia. Estos son sus diez lugares favoritos de la ciudad:

 

1. Biblioteca de Castilla y León. La biblioteca situada en la plaza de la Trinidad fue el ‘refugio’ de Diego durante buena parte de sus años de Bachillerato y Selectividad. También lo está siendo durante la carrera. «Allí he pasado mucho tiempo con mis amigos, tanto dentro como en la plaza y los bares de fuera», recuerda. Además, también es un lugar especial porque allí es donde consolidó la relación con su pareja. «La conocí en el colegio, pero cuando empezamos a salir fue forzándonos a ir a estudia allí», dice.

2. Estadio José Zorrilla. Cuando Diego era pequeño, su tío iba a recogerle a casa cada dos semanas para llevarle a ver a su querido Real Valladolid. Era una cita obligada. «Le he visto ascender y descender, aunque luego me desenganché un poco del fútbol», asegura. No obstante, la afición ha vuelto como un bumerán: «Hace unos años me volví a hacer socio con mis amigos y ahora hago con ellos lo que antes hacía con mi familia».

3. Facultad de Medicina. Resulta curioso, pero Diego es el maestre de la tuna de Derecho a pesar de ser estudiante de Medicina. Esta Facultad es otro de sus lugares preferidos de Valladolid. «Es lo que siempre he querido estudiar y ya llevo cinco años en la carrera, de modo que he pasado muchas horas allí metido», señala. Pero no es una cuestión simplemente de ‘estar’. «El ambiente que he encontrado allí es único, algo que no es normal dentro de las carreras universitarias», dice. Con el paso de los años los compañeros pasaron a ser amigos.

4. Fuente de la Fama. Esta fuente del Campo Grande es un lugar especial para Diego en particular y para todos los tunos en general. «Allí es donde celebramos nuestra ceremonia de imposición de beca», explica. Un rito que se realiza cuando el novato llega algo más de un año realizando diferentes pruebas y actividades. En esta fuente se hace un pequeño bautismo, «un evento muy importante en la vida de un tuno porque supone pasar a formar parte de la tuna de pleno derecho». Se trata de una actividad tan «divertida como solemne». Todos acuden disfrazados con algo relacionado con el mote que cada uno de los tunos tiene. El de Diego es ‘Barbie’.

5. Playa de Las Moreras. El padre de Diego Criado fue piloto de globos aerostáticos y falleció en 2004 en un accidente, cuando solo tenía 36 años. Entre otras muchas cosas, su hijo heredó de él la pasión por esta actividad. «Todos los años hay una regata de globos en Valladolid y mi prueba favorita se realiza en la playa, donde ponen una diana muy grande y todos los globos tienen que intentar tirar unos testigos», asevera. Las Moreras también es el escenario de muchas noches de San Juan para Diego. Otra cita ineludible.

6. Centro Cultural Miguel Delibes.  «Es el sitio ideal para la música en Valladolid», opina. Hace un par de años, con motivo de la celebración del 30 aniversario de la Tuna de Derecho, se organizó un concierto benéfico en el Centro Cultural Miguel Delibes. «Conseguimos meter 67 tunos en el escenario y yo pude cantar como solista delante de 850 personas, jamás lo olvidaré».

7. Cerro de las Contiendas. Situado detrás de la zona donde él siempre ha vivido, el Cerro de las Contiendas guarda recuerdos de la infancia de Diego. «Cuando éramos mi pequeños, mis hermanos y yo enterramos allí un pájaro que se nos murió», recuerda. Ahora es el sitio en el que sale a correr y pasear.

8. Plaza Diego Criado del Rey. No podía faltar en este listado la plaza que lleva el nombre de su padre, situada en Covaresa. En 2006 tuvo el gran honor de presenciar el ‘bautizo’ de este pequeño rincón para recordar a su progenitor, una «gran figura» del deporte de aventura en Castilla y León. «Que haya una plaza que lleve el nombre de mi padre en la ciudad en la que nació es una forma de recordarle muy especial», añade.

9. Plaza de San Miguel. La plaza en la que vivieron sus abuelos hasta que él tenía diez años. «Siempre iba allí a comer con mis hermanos, mis padres y mis tíos», señala. Diego la recuerda como una plaza «enorme». Al menos así es como la veía cuando era un niño. Ahora, a sus 24 años, ha pasado a ser su principal zona de ocio.

10. Campos de fútbol de La Victoria. Desde los once años jugó en ese club, y eso le sirvió para superar una etapa en la que no tenía muchos amigos en el colegio. «A través del fútbol hice un grupo de amigos muy sólido y esta actividad era una excusa muy buena para irnos todos juntos por ahí», asegura. Una relación que se ha consolidado con el paso de los años.