El 'pequeño Nicolás' de Hollywood

JAVIER M. FAYA (SPC)
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Julián Lara, un director de cine sin suerte en Los Ángeles, desgrana en su último libro el lado oscuro y glamouroso de la 'industria'

Érase una vez un chico de Sevilla que se fue a vivir a Los Ángeles con la intención de cumplir su sueño de la infancia: ser director de cine. Empezó en su localidad natal rodando varios cortometrajes y películas, y como no conseguía salir del circuito amateur -en 2003 firmó Deadhunter:sevillian zombies con unos obreros de las obras del Metro que se convierten en muertos vivientes-, decidió que la mejor forma de convertirse en realizador profesional era estudiar en esa ciudad con la que había crecido a través de las películas y que había idealizado desde su más tierna infancia, por eso decidió apostarlo todo por un sueño.

En Hollywood, Julián Lara disfrutó de la experiencia, se infiltró en cocktails y premieres, se codeó con las celebrities, y se hizo amigo de los más grandes, pero también sufrió la banalidad y la lucha de clases, porque la profesión del cine, tras las cámaras, es algo muy ingrato y doloroso. La valentía de este soñador tuvo su recompensa, pero también pagó el precio por su osadía.

Cientos de anécdotas se cuentan en su mayor obra que, curiosamente, no está hecha a base de fotogramas sino de tinta y papel: Welcome to Hollywood. Aventuras y desventuras de un director de cine español en Los Ángeles (Dolmen). Con prólogo de Santiago Segura, el autor invita a los lectores a averiguar de primera mano el lado más glamuroso y también el más oscuro de La Meca del séptimo arte.

Una vez que a uno se le queda la boca abierta con tanto famoso al que se agarra (George Lucas, Spielberg, Tom Cruise, Lou Hulk Ferrigno, Chuck Norris, Guillermo del Toro, Peter Jackson...) a lo largo de las 400 páginas de este libro, la pregunta es más que obligada:¿Se considera un pequeño Nicolás del cine? «Bueno, por lo que respecta a las fotos, entiendo la comparación, aunque más bien al pequeño Nicolás le deberían llamar el pequeño Julián, porque cuando él se hizo conocido por sus fotos con altos cargos polítIcos, yo ya tenía las mías con los más grandes del mundo del cine, incluido Steven Spielberg, además, por la edad yo podría ser su padre (risas)».

ENVIDIOSOS. Aunque no lo parezca a simple vista, el andaluz se pone serio y recalca que esto de cazar famosos con cámara no es más que una frivolidad. «Para mí, no son más que un mero recuerdo de un gran momento, como es conocer a la gente a la que admiro. Jamás usé esas fotos para nada más que compartir la alegría que supuso conocer a la gente a la que admiro. Y punto. Los envidiosos ya son otro asunto, esos me atacan por cualquier tontería, o por el simple hecho de que no han sido ellos quienes no han podido conocer a sus ídolos». ¿Friki a la vista? Es posible. ¡Ya mucha honra!, parece querer decir con esa mirada nuestro amigo porque, si una virtud tiene el realizador hispalense es que te haces colega de él en cuestión de minutos.

«La adictiva saga de Julián Lara pertenece ya a la más pura picaresca española. El libro es una mezcla de saga sexual y crónica del derrumbe. Los Ángeles es así y el cine es así: difícil, ingrato, duro de cojones y darwiniano a tope. Julián combina su capacidad de resistir con un sentido del humor y un saber estar que quizá le permitan algún día alcanzar ese extraño espejismo que él define como triunfo. Al menos yo estaré siempre pendiente de los siguientes capítulos de esta aventura», comenta en la contraportada el prestigioso director Guillermo del Toro (El laberinto del fauno).

SCHWARZENEGGER. Después de confesarnos que su libro preferido es el de la autobiografía de Arnold Schwarzenegger -muy propio de él, ¿verdad?-, seguido de las biografías autorizadas de Peter Jackson, James Cameron y Steve Jobs, remarca que él encuentra muchas similitudes entre las vidas de estos genios y la suya propia, por lo que espera que, según él, ese paralelismo se cumpla a lo largo del tiempo. Vamos, que lo quiere es la mandanga -la pasta-, ¿no? Posiblemente, y parafraseando a su Indiana Jones, lo que persigue es fortuna y gloria.

Asmático recuperado y fiel a Jack Daniel’s, confiesa que ha recibido muchas calabazas a la hora de encontrar a un productor que apueste por él o dejar un guión a alguien que le pueda aupar al estrellato... «Realmente, el libro comienza así. Yes una pena porque el primero acababa bien, pero, claro, me encontré con un productor que se portó muy mal conmigo».

Pero no quiere ponerse triste el hispalense, por eso presume de haberse colado en un evento en la Universidad del Sur de California en junio de 2011, donde conoció a su gran ídolo, Steven Spielberg, y al padre de La guerra de las galaxias, George Lucas, demostrando el primero ser un encanto de persona, y el otro todo lo contrario, dando pie a una curiosa situación con el decano de la USC delante de George, «pero, para detalles, me remito al libro».

Otro momentazo fue en mayo de 2012, cuando se personó en la premiere de la quinta temporada de la serie True blood. Ya lo había hecho los tres años anteriores bajo rigurosa autoinvitación. «Lo mejor es que una chica guapa a la que no conocía de nada me sacó de la fiesta y me montó en una limusina para llevarme a una famosa discoteca...».

Tras llevarse varios chascos con algún productor tiburón, muestra un deseo de superviviente:«Tengo esperanzas de que alguien apostará por mí». Da igual, como recuerda el director Álex de la Iglesia, los cientos de reuniones inútiles, de su spanglish, de los obscenos ejecutivos... Continuará.