El Real Valladolid dejó escapar la victoria ante la U.D. Las Palmas en la última media del partido. El conjunto canario supo esperar su oportunidad cuando peor estaba en el campo y el Pucela dominaba en el marcador y en el césped, la encontró en un penalti que le dio el empate y supo jugar con la frustración blanquivioleta para sentenciar una victoria (1-2) que le consolida en el liderato de la Liga Adelante, informa la web del club.

Esta es la segunda derrota del Pucela en la Liga y primera victoria de la U.D. Las Palmas en toda su historia en Valladolid.

La lectura del partido fue sencilla, pero demoledoramente cruel para el Pucela. En la primera parte la igualdad fue máxima, con demasiadas imprecisiones en ambos equipos y pocas llegadas al área, aunque la más clara estuvo en un remate al poste de Óscar Díaz para el Pucela.

Cuando el partido enfilaba la recta final para el descanso, un contraataque llevado por Jeffren por el centro, con una buena apertura para Óscar Díaz, en posición de extremo zurdo, finalizó con el primer gol del madrileño en la Liga que ponía por delante al Pucela.

En el comienzo de la segunda mitad, el Real Valladolid, afianzado, perdonó en dos contraataques claros. Primero Jeffren no pudo definir ante Casto y después Mojica, recién  ingresado en el campo por Omar, no acertó a pasar bien a Jeffren, presto para fusilar el 2-0.

Por aquel entonces, el Real Valladolid era un vendaval y la U.D. Las Palmas se encontraba fuera del partido. Pero los partidos cambian y a veces radicalmente, como este domingo le sucedió al Pucela.

En el minuto 61, un robo en el centro del campo, precedido de una falta canaria que no vio el colegiado, desencadenó un barullo en el área vallisoletana que finalizó con penalti de Carlos Peña sobre Roque Mesa. Javi Varas estuvo a punto de desviar la pena máxima, pero Las Palmas igualó la contienda.

El Real Valladolid, que había tenido al conjunto canario contra las cuerdas, veía como su rival le ponía en la lona con un puñetazo desesperado. Mentalmente, el golpe hizo daño a un Pucela que se sintió frustrado por ver que un partido que ya tenía que tener resuelto se le ponía cuesta arriba. Y, por supuesto, la reacción en Las Palmas, fue la contraria: el muerto resucitaba y se veía con fuerzas para todo.

Rubi intentó dar un nuevo giro al partido con la entrada de Bergdich por Óscar y la reubicación del equipo, que quedó con Óscar Díaz en la media punta, Mojica y Bergdich en las bandas y Jeffren en la punta del ataque, pero al Pucela le costó llegar hasta la portería contraria, mientras Las Palmas daba pasos tímidos, pero hacia adelante en busca de una victoria que encontró en un desajuste defensivo que Vicente Gómez aprovechó para fusilar el segundo tanto, que acabó por hundir definitivamente a un Pucela, que seguía frustrado por lo que podía haber sido y no fue. Y así, hasta el que el árbitro señalo el final.