Pendiente de remates. Este es el estado actual de la torre de la Catedral de Valladolid tras siete meses de intenso trabajo donde la limpieza de la piedra ha sido la tarea más complicada.Pero también se ha recuperado completamente su interior, tanto forjados como estructura, lo que ha permitido instalar un ascensor panorámico que permita visitas turísticas y el ascenso a la terraza superior. Y, en este punto, la Diócesis y el Ayuntamiento confirman que su apertura al público será posible para el próximo mes de noviembre. Valladolid suma con esta nueva iniciativa otro atractivo turístico más pero, en esta ocasión, peculiar: poder contemplar la ciudad desde el balcón más alto: a 72 metros de altitud, el edificio más elevado del paisaje urbano, y con unas vistas irrepetibles donde la capital podrá contemplarse casi a vista de pájaro gracias a la restauración de la torre y la instalación de un ascensor panorámico.

La visita a la torre empezará desde el interior de la Seo Metropolitana, desde la Capilla de San Miguel, la primera del lado de la Epístola. Es en este punto cuando comenzará la visita a la torre propiamente dicha a la que se accede mediante un ascensor normal para llegar al vestíbulo donde empiezan las vistas panorámicas a través del campanario. Y, a partir de aquí, otras tres paradas más en el trayecto hasta llegar a la cúspide, a la terraza desde donde la imagen del Sagrado Corazón de Jesús divisa la capital.

El estado actual de las obras es prácticamente terminado hasta el punto de que en la actualidad están llevándose a cabo labores de remates, que consisten en el repaso de la pintura, barnices de algunos suelos de madera y la propia recogida de materiales y la limpieza en general de toda la torre. La empresa adjudicataria de la obra,Constructora San Gregorio, ha confirmado este extremo a El Día de Valladolid, al tiempo que calcula que en poco más de una semana entregarán la obra con carácter definitivo. Entre tanto, se está terminando el plan de evacuación, queda el visto bueno de la Consejería de Industria para la puesta en marcha del ascenso con carácter público y, por otro lado, continúa diseñándose un proyecto cultural para guiar la visita por todo el edificio religioso, es decir, desde la torre hasta el interior del templo, pasando por el Museo Diocesano y Catedraliceo o la antigua Colegiata de Santa María la Mayor.

Lo más dificultoso de la rehabilitación de la torre, que comenzó a mediados del mes de marzo, ha sido la limpieza de la piedra de su interior. Y es que el abandonado estado al que estaba sometido, tras varias décadas sin intervención alguna, había motivado un ennegrecimiento tal que en algunas zonas incluso ha sido imposible eliminarlo completamente. Han sido dos meses de intenso trabajo en los que se ha conseguido devolver a la piedra casi su estado original.

Paralelamente, se han cambiado íntegramente los forjados de madera del interior dado que algunas zonas incluso presentaban ligeros hundimientos. En concreto, se han cambiado las vigas que estaban en mal estado y la tarima de todos los pisos ha sido totalmente renovada. Junto a esto, se ha ampliado el ascensor que ya existía y con el que se accedía hasta el Archivo Diocesano para que de servicio por viaje a ocho personas, la misma capacidad del elevador panorámico que empieza a los 30 metros de altitud y concluye a los 60 metros. La diferencia, hasta llegar a los 72 metros de la terraza, se salva gracias a la instalación de unas nuevas escaleras.

Trabajos de remates en una de las plantas intermedias de la torre de la catedral. El ascensor panorámico tiene una ocupación máxima de ocho personas.

Más fotos: